"Aquí tenemos cultura de pote. Seguimos cultivando fabes porque se venden". Así lo apuntó, ayer, en su puesto del mercado de los martes de Pola de Siero, la parraguesa Josefina Soto, de Bode, para más señas. Entre el género que exponía, además de cebollas y ajos de su huerta, y huevos de las gallinas criadas en casa, llamaba la atención su gran surtido de alubias.
Ésta es una buena época para cocinarlas de varias maneras, porque en el invierno suele apetecer un plato de cuchara caliente. Esta agricultora parraguesa destaca que la estrella son les "fabes para fabada" y así se las piden sus clientes, aunque hay distintas variedades, como las de manteca. "Se fijan en el tamaño, que sea adecuado", apunta. Explica que lo ideal es algo más de unos dos centímetros. Además, para ser una buena faba es imprescindible que "tenga la piel suave para que al comerla no notes el pellejo por un lado y la carne por otro. Ha de mezclarse todo", argumentó Soto. Para ella, la perfección la cumplen las conocidas como "fabes poches", que empiezan a venir a partir de finales de agosto. Son las que se cocinan o congelan en verde "nada más cogerlas de la planta". Apenas se nota su piel y para ella son "lo más en fabada". El precio de las alubias para preparar una buena fabada ronda entre los 10 y los 14 euros el kilo.
"Ahora, por el invierno, se come más fabada con diferencia, pero por el verano vendemos muchas para fuera, para los turistas", destacó Josefina Soto.
El segundo tipo de alubia más demandada es la verdina. Guisar con ella sale menos económico porque "hay que cocinarla con ingredientes caros", justifica la parraguesa. Este tipo de legumbre pide andaricas, langostinos, gambas, almejas o gulas. Pero "el valor en sí no es tan caro", insiste. Además, a la hora de cultivarla, "si no la tratas bien, se mancha y pierde valor". El kilo se cotiza entre 12 y 14 euros.
El tercer puesto lo ocupan las alubias de color, que se pueden cocinar con compango o estofadas. Las hay roxes, de vino y amarillines, que andan entre los 8 y 10 euros el kilo. Los moritos o negritos cuestan sobre 5 euros.
