El tema estrella en la tertulia de ayer de los jubilados de Pola de Siero fue que comienzan febrero pudiendo cobijarse del frío y la lluvia del invierno dentro de la plaza cubierta. Pero no sólo están contentos por esto, sino que están encantados porque el regidor (Ángel García) también les ha escuchado y les ha colocado bancos, como ellos querían y como pidieron días atrás en LA NUEVA ESPAÑA.
Así que ayer fue como una fiesta, aunque el día soleado casi invitaba más a disfrutar de las buenas temperaturas exteriores. Son conscientes de que no tardarán en volver los días de lluvia y frío. Y no habrá problema: la plaza abrirá para ellos a la mañana.
"Estamos muy contentos porque aquí no estamos al frío. Además, aquí tenemos baños y bancos, que es muy importante", destacó Silvino Álvarez. "El alcalde cumplió su palabra y nos puso bancos", agregó José Fonseca, otro del grupo. "Si abren sin bancos, no hubiera sido justo", matiza. Tienen cinco dobles, así que sitio para sentarse no les falta. Pero si prefieren hacer algo de ejercicio pueden dar vueltas por la plaza, mientras siguen de charleta. Manuel Sánchez fue uno de ellos, al igual que Víctor Orviz. "Ya estuve caminando un poco. Estoy muy contento", destacaron.
"Se consiguió y estamos muy satisfechos. Aunque hoy (por ayer), como hace sol, no hay mucha gente", apuntó José Ángel Queipo. "Cuando empiece a llover y hacer aire, ya verás como vienen...", matizó José Fonseca. Ya lo decía José Luis Montequín, otro asiduo a las tertulias: "En el exterior hay mucha corriente. Aunque aquí esté frío, no hay corriente". Son conscientes de que no es viable que funcione la calefacción porque será un gasto excesivo. "Ya dijimos por delante que no". Salvador García, que se define como de la Pola "de adopción", también se siente "favorecido" por esta medida, a lo que Queipo argumenta que "no hacía nada parada". Lo mismo cree Aladino Díaz Fernández. Explica que en las tertulias "se habla de todo y, a veces, se critica".
Estos vecinos de la Pola se reúnen todos los días y si hace bueno, van al parque. "La hora que echamos juntos hablando nos presta por la vida. Nos satisface mucho", explica Fonseca. La mayoría tienen una media de 80 años, pero muy bien llevados. José Ángel Queipo es el más joven del grupo, con 72 años, y Aladino Díaz, con 84, el de más edad.
El tema protagonista de ayer fue los satisfechos que están porque han logrado que les abran la plaza cubierta para estar a cobijo del frío, pero también hubo tiempo para repasar la actualidad y, en particular, la política. "No estamos conformes porque nos suben sobre un euro la pensión y la luz sube cinco", criticó José Fonseca, que también echa en falta que la administración "piense más en los mayores". El fútbol es otro de los temas más recurrentes en los corrillos de este grupo de jubilados polesos.
