El ilustre indiano Don Higinio Rubianes aparecía ayer muerto en su residencia, la mansión naveta de Villa Maximina, y un grupo de investigadores de todas las edades comandados por Carmen Vega, José Antonio Álvarez y María Serna dedicaron la tarde de ayer a esclarecer el misterioso asesinato.

Se trataba del juego del Cluedo organizado por la Asociación de Comerciantes y Empresarios del Concejo de Nava (Acoan) en el que participó más de una veintena de personas. Los responsables de catorce tiendas adscritas al colectivo eran los principales sospechosos del asesinato. Todos ellos tenían razones de sobra para cometer el crimen, pero solo uno de ellos era el autor.

Los participantes se dieron cita en la tienda Navacolor para comenzar sus pesquisas. Allí conocieron todo lo que había hecho el indiano a lo largo de la jornada en la que fue asesinado, y tuvieron que recorrer las catorce tiendas para reunir todas las pistas que les llevarían a resolver el misterio.

En el juego, se trataba no solo de resolver el caso y, conforme a las pistas, conocer quién era el asesino sino también de recorrer las catorce tiendas. En cada una de ellas recibían varias pistas que les llevaban a otras pistas y a otros establecimientos. El éxito le llegaría al que fuera rápido tanto en el acertijo y también recorriendo las calles de Nava.

Finalmente, se supo que Don Higinio había muerto de una intoxicación por chocolate, un producto al que era alérgico, y que le habían hecho ingerir sin darse cuenta los malvados asesinos, los propietarios de la confitería Dulcinea. Habían rellenado de chocolate una de sus famosas dulcineas. El crimen fue resuelto y, de paso, los navetos pasaron un buen rato conociendo un poco mejor lo que ofrecen las tiendas de la villa.