"La filosofía del proyecto es frenar la fuga de terneros fuera de Asturias". Son palabras del veterinario Sergio Marqués, gerente del cebadero de Ternera Asturiana que Alimerka ha puesto en marcha en La Lloraza, Oles (Villaviciosa). Es una gran apuesta, no sólo porque sea el mayor cebadero de la región, sino porque "Asturias no tiene suficiente capacidad de cebo para todos los terneros de la IGP (Indicación Geográfica Protegida)", destaca Marqués. Por lo que los animales tienen que salir del Principado para su cría.
Esta situación tiene dos consecuencias negativas. Por un lado, su carne deja de estar acogida a la Indicación Geográfica Protegida Ternera Asturiana porque el animal tiene que nacer, criarse y ser sacrificado aquí. Por otro, la región no aprovecha esa actividad económica que genera el sector y que se desvía hacia otras comunidades como Castilla y León o la valenciana, por poner algunos ejemplos. En el caso de unas instalaciones como las de Villaviciosa, en pleno rendimiento, los animales consumen una media de cinco toneladas de pienso al día.
Pero criar los terneros en Asturias es más costoso que hacerlo fuera, no sólo por las trabas burocráticas que a veces surgen y las limitaciones paisajísticas, también porque es más caro el pienso y la tierra.
Sergio Marqués destaca que este cebadero de La Lloraza es para Alimerka "una apuesta por el sector y la raza asturiana" porque los animales que criarán aquí representan sólo el 10% de la compra total de IGP Ternera Asturiana de esta cadena de supermercados, que sólo vende este tipo de carne. Alimerka sacrifica al año a unos 10.000 terneros -en Asturias son 20.000- y estas instalaciones para la cría de ganado pretenden "conseguir un equilibrio óptimo entre oferta y demanda y cubrir los períodos con menor disponibilidad de terneros de carne en el campo asturiano", destacan fuentes de la empresa. De esta forma, pretenden garantizar el abastecimiento de carne con marca de calidad garantizada en los 173 puntos de venta. Cuando esté a pleno rendimiento, se estima que en la explotación de la Lloraza se producirán unos 300.000 kilos de carne al año. Sergio Marqués hace hincapié en que con este cebadero no pretenden dejar de comprar a los ganaderos asturianos, sino aumentar la producción de la IGP para consolidar el sector cárnico.
La explotación ha permitido contratar a cuatro trabajadores de la zona, más los empleos indirectos que genera. La superficie construida total es de 9.536 metros cuadrados y tiene capacidad para 550 reses. Teniendo en cuenta que los animales están unos seis meses en estas instalaciones, en La Lloraza se criarán al año más de 1.000 terneros.
