La afluencia y la venta mejora, aunque a paso lento, en los establecimientos hosteleros de la Pola. La campaña navideña y la cuesta de enero han sido desiguales para los locales, pero casi todos los responsables coinciden en que hay cierta estabilidad, con tendencia a la mejoría.
El tipo de establecimiento y la ubicación marcan, por otra parte, el tipo de afluencia. En la plaza de Les Campes, como expresaba Cristina Ordiales Tardío, "depende mucho de que haga buen tiempo; cuando hace bueno te trae mucha gente; si no, es más complicado, porque además aquí los locales no son grandes". En consecuencia, la campaña de verano suele ser mejor en esta zona. "Aun así, se está notando una mejora; va viniendo cada vez más gente", asegura.
A las sidrerías del barrio de la Isla, por contra, el mal tiempo no les perjudica tanto, porque son más grandes y con poca terraza. "A nosotros, a veces, el mal tiempo hasta nos beneficia" , admite Vanesa Díaz, de la Sidrería Paco. En su caso, la subida de afluencia ha sido muy irregular. "En Navidad fue impresionante, la mejor que tuvimos en mucho tiempo, pero después la cosa bajó, enero no fue tan bueno".
También Gilberto Parajón, de la sidrería El Forno, asegura que la última campaña navideña fue muy buena: "Salvo en 2008, que hubo una muy buena porque el año anterior había tocado la lotería, no recuerdo una Navidad tan buena como la de este año", y tampoco se queja de la cuesta de enero. "Está aguantando bien de gente. Lo que más se nota el bajón es en la noche; por semana y los domingos no hay nadie", señala.
La noche sí funciona en El Rinconín de Les Campes, que se transforma en un bar de copas a la caída de la tarde. Aun así, su responsable, Santiago Moro, nota un cierto estancamiento. "Sigue habiendo gente, pero yo no noto que aumente demasiado respecto a otros años", señala, y subraya también que "en Les Campes dependemos mucho del buen tiempo, es una desventaja".
