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La Pola | Maravillas del mercado

La manteca de las meriendas infantiles

María Luisa Álvarez sigue elaborando mantequilla casera tradicional, que "no tiene conservantes y es natural del todo"

María Luisa Álvarez, con manteca, ayer, en el mercado. MARIOLA MENÉNDEZ

En el mercado de los martes de la Pola se puede encontrar casi de todo. Los productos más apreciados son aquellos caseros, que no se ofrecen en las grandes superficies. Es el caso, por ejemplo, de la manteca de María Luisa Álvarez. La elabora ella misma con la leche que dan sus vacas, en Fortontía (Siero). "No tiene conservantes. Es natural del todo", destaca esta polesa, como principal excelencia de su producto.

Explica que se prepara a partir de la nata de la leche de vacuno, tras dejarla reposar en la nevera. Una vez que ésta se concentra en la parte superior, se retira, hasta juntar una cantidad más o menos considerable.

El siguiente paso es batir esa nata. María Luisa Álvarez utiliza una máquina antigua, con rabil, precisa, aunque también hay quien recurre a la batidora, en los casos en los que no se dispone de estos artilugios. El objetivo es eliminar la leche sobrante. Al resultado se le añade agua fría y en un plato se le va dando forma.

Son recetas de toda la vida, que han pasado de generación en generación y que mujeres como esta sierense de la parroquia de La Carrera siguen elaborando. Continúan con esta tradicion porque, entre otras cosas, aseguran que no sabe igual la manteca hecha en casa que la que se compra. La suya es natural, sin conservantes ni añadidos.

La mantequilla casera era un alimento muy recurrente a la hora de preparar la merienda de los más pequeños de la casa, pues era un ingrediente que no solía faltar en casa y era un derivado de la leche que habitualmente había en el frigorífico de la mayoría de los hogares rurales, donde se criaban vacas.

"Antes, se untaba el pan con la mantequilla, se echaba azúcar y era la merienda que daban a los chiquillos", recuerda Álvarez. También había quien optaba por sustituir el pan por galletas y preparaba unos deliciosos pastelitos que sabían a gloria, en aquellos tiempos de menor abundancia. Pero esta sierense tiene claro que la mantequilla que se prepara en casa, como toda la vida, "es más rica y más natural", que la que se comercializa.

Además, si no se va a consumir toda de una vez, lo mejor es conservar el producto y hacerlo en trozos más pequeños para ir tomando la mantequilla según se desee y así no se estropea y dura más tiempo. "A la gente le recuerda a la manteca de antes y les llama mucho la atención. Sobre todo, a la gente mayor, le recuerda la merienda de cuando eran niños", destaca la mujer en su puesto de la Pola.

Pero, además de para preparar un bocadillos, habitualmente para los niños, la mateca casera tiene otros múltiples usos, los mismos que las mantequillas y margarinas comerciales, con la ventaja de estar consumiendo un producto natural, sin añadidos, aditivos ni conservantes. De ahí que la de mantequilla de casa sea un producto especial y que quien la prueba no duda en repetir, pues entre otras virtudes, tiene un sabor mucho más auténtico.

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