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"No podemos más", clama una hostelera de Lugo tras siete atracos en año y medio

"Vamos a tener que contratar un sereno entre los empresarios", afirma la afectada, cuyo local volvió a ser asaltado la madrugada del miércoles

El agujero por el que los ladrones accedieron al establecimiento. A. F. V.

Dos ladrones asaltaron en la madrugada del miércoles un bar de Lugo de Llanera, del que se llevaron como botín la recaudación de la máquina tragaperras que, según estiman los propietarios "rondaría los 800 euros". Los cacos entraron al establecimiento en torno a las cuatro de la mañana tras hacer un agujero en una cristalera de la entrada, por la que accedieron al establecimiento. Esta es la séptima vez en el último año y medio que asaltan el local, ubicado en el parque Ovidio Libardón. Sus propietarios están "hartos" y urgen "soluciones" a las fuerzas de seguridad para frenar "el arrase que están viviendo los comerciantes de Lugo".

"Esto es una vergüenza y una tomadura de pelo. No hay derecho a que nos hayan entrado siete veces y aquí no pase nada. No hay ni policía, ni Guardia Civil ni nada. ¿Dónde se van nuestros impuestos?", clama con desesperación Esther -quien prefiere ocultar sus apellidos por miedo a posibles represalias de los cacos-, al frente de la cervecería Rincón de Lugo desde el verano de 2015.

Y la indignación de la hostelera no es para menos. Desde que abriese las puertas de su negocio han sido un total de siete las veces que los amigos de lo ajeno le hicieron de la suyas, la penúltima en diciembre. "El resto de veces nos causaron, mayormente, destrozos, pero lo de esta noche (por ayer) ya fue el acabose", lamenta la empresaria, al tiempo que se afana, junto a su familia, en adecentar el bar para poder retomar la normalidad lo antes posible. "Encima de lo que te roban, lo peor es que también pierdes toda una mañana limpiando y ordenando para poder reabrir", apostilla.

Tras cursar la pertinente denuncia, miembros de la Guardia Civil se desplazaron en el día de ayer al establecimiento llanerense para recabar pruebas con las que dar caza a los ladrones. "Además, tenemos cámaras de seguridad, pero ¿qué más da? Seguro que iban encapuchados y no se les reconoce. Y aunque así sea...", suspira con resignación la hostelera.

Sobre la posible solución a los continuos robos, la afectada lo tiene muy claro: "Mayor presencia policial". "Por las noches aquí no hay agentes municipales ni Guardia Civil. Vamos a tener que contratar a un sereno entre todos los hosteleros, porque no ganamos para disgustos", propone Esther, quien afirma que otra cafetería del entorno y una farmacia han sido saqueadas en los últimos meses.

Pese a ello, la asaltada asegura que los agentes llegaron al lugar del sucesos "pocos minutos después de que sucediese", lo que no impidió que los atracadores pudiesen perpetrar el robo con total impunidad. "Es cierto que llegaron muy rápido pero, por ejemplo, cuando nos entraron en diciembre, la patrulla de la Guardia Civil tardó 40 minutos en aparecer porque venían de Piedras Blancas (Castrillón). Es que así es imposible", insiste.

"A lo que tampoco hay derecho es a que justo frente al local haya unos postes para instalar cámaras de videovigilancia desde hace más de un año, y aún no se hayan puesto. Porque si estuviesen en funcionamiento seguramente no nos habrían atracado en tantas ocasiones", denuncia la empresaria, que ve en el parque Ovidio Libardón un núcleo de delincuencia por las noches, al tratarse de un lugar con poca luz, zonas de sombra y distintos puntos de acceso.

Precisamente, la instalación de cámaras de videovigilancia fue un proyecto del Partido Popular que llegó a estar en fase de ejecución y que el tripartito, a su entrada en el Ayuntamiento, decidió parar entendiendo que el sistema aprobado por el anterior gobierno local no ofrecía las garantías de funcionamiento mínimas.

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