Paco Foncueva lleva varias décadas cultivando pomaradas, y hace ya muchos años que tiene que soportar los ciclos de invasión de los topillos, que causan graves destrozos en sus pomaradas. Hasta ahora nada le había dado resultado para acabar con ellos, y el año pasado, de hecho, perdió cerca de doscientos manzanos por culpa de los roedores.
Pero dice que está a punto de dar con la fórmula que acabe con ellos. Ha estudiado los preparados naturales para fumigar las galerías de los ratones y, este año, asegura que ha dado con uno que podría ser el definitivo, y que no daña a otras especies. "Probé con unos cien árboles este año y están intactos, ninguno de ellos tiene topillos", asegura.
El preparado lleva ortiga, saúco, ruibarbo, cola de caballo y un repelente de farmacia. Con esta mezcla, "los ratones se matan entre ellos y no vuelven a crecer". Lo importante, dice, es que "el terreno tiene que estar muy limpio, para que la fumigación funcione bien".
La intención de Foncueva es seguir probando el preparado hasta que consiga probar al cien por cien su eficacia. En ese caso, lo trasmitirá a sus vecinos, "porque hay gente que lo está sufriendo mucho, hay muchísimos destrozos y nadie sabe qué hacer", añade. El saregano sufrió plagas muy dañinas. "La de 2007 fue la peor, y también fueron muy duras las de 2015 y 2016; nos secaron muchísimos pomares", lamenta.
Ahora espera que su preparado pueda servir para hacer frente al problema, que antes de su intervención parecía imposible de solucionar.
