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El chino que importó el sabor

Carlos Zhang regenta la primera tienda de comida oriental de Asturias: "Hay mucho español que ahora lleva vida vegetariana"

Carlos Zhang, con una botella de vino chino, en su tienda de Lugones. L. B.

Los nostálgicos de los sabores de su tierra y los amantes de la gastronomía oriental tienen en Lugones un lugar de referencia gracias al espíritu emprendedor de Carlos Zhang. Este chino natural de la ciudad de Wenzhou regenta desde hace siete años una tienda de alimentación oriental en la avenida de Gijón de Lugones, en la que los productos del país, así como de otras naciones como Vietnam, Tailandia o Corea llenan sus estanterías y congeladores.

La llegada de Zhang a España se remonta al año 2002 cuando llegó a Marbella para poner su propio restaurante chino. A pesar del éxito inicial, la llegada de la crisis truncó sus aspiraciones de seguir prosperando en ciudad malagueña. "En 2009 fue un año fatal en el que apenas había turistas y decidimos cambiar de aires", indica este hombre que encontró en Lugones un lugar idóneo para su vida. "Es un sitio muy tranquilo y a la vez el centro de Asturias para cualquier actividad comercial", apunta.

Su amplia oferta con productos que van desde vino o cerveza china, hasta salsas, algas o pasta de arroz de diferentes países, le convierte en un comerciante de cabecera tanto para orientales instalados en Asturias como para muchos nativos. "Viene gente de Avilés, Oviedo, Grado y otros muchos sitios", cuenta sobre la procedencia de sus clientes, muchos de ellos buscadores de una dieta sana. "Hay mucho español que ahora quiere llevar una vida vegetariana y en la comida oriental encuentra la mejor manera", explica sobre la creciente moda de dejar de lado "la mucha carne y pescado que se come aquí". Todo ello sin descuidar una vida personal en la que destaca a su hijo Jack Zhanz Zhou, un joven de 18 años del que destaca su buen hacer en los estudios. "Tiene uno de los mejores expedientes de Asturias y es muy bueno en materias como la literatura", sostiene un hombre que se considera "español desde hace tiempo".

Una prosperidad que achaca a la buena acogida de su iniciativa empresarial que planea ampliar gracias a la creciente instalación de inmigrantes chinos en la región. "Quiero hacer un restaurante auténtico chino con diez o quince platos totalmente artesanales de allÍ", anuncia acerca de un proyecto que espera desarrollar en Oviedo o Gijón.

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