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Nadie quiere perder el tren

Los usuarios de la línea San Esteban-Oviedo defienden su permanencia y están en vilo por su futuro, al ser el único transporte para estudiantes y trabajadores

Viajeros, ayer, en un vagón de la línea San Esteban-Oviedo S. ARIAS

En la línea de la antigua Feve entre Oviedo y San Esteban de Pravia no hace falta personal para embutir a los pasajeros dentro del vagón como en el metro de Tokyo. En los concejos por los que pasa el trazado cada vez son menos los vecinos que se suben al tren, pero el posible cierre de la línea -advertido por sindicatos y colectivos sociales- tiene a sus usuarios y el resto de la población en vilo.

Nadie quiere perder el tren que da vida, vertebra y une varias comarcas; que es barato; que permite vivir en el campo y trabajar en la ciudad; y que tiene posibilidades de futuro, como su explotación turística. Así lo plantean sus usuarios, que presumen de un trayecto que en una hora permite al viajero pasar de contemplar el mar Cantábrico (desde San Esteban) a las montañas del Aramo (desde Oviedo), todo eso después de cruzar vegas, huertas, pueblos con sus monumentos y disfrutar de la belleza del río Nalón. "Deberían dejarlo, aunque haya cambios, porque no todos tenemos coche y sería una pena quedarnos sin el tren", afirma Concepción Benítez, vecina de Pravia que ayer viajó a Oviedo.

La sociedad (político, sindicatos, asociaciones...) se ha puesto manos a la obra para que el Ministerio de Fomento mantengan el trazado de una línea, en riesgo por falta de cuidados y pérdida de pasajeros: en 2005, 511.000 personas la utilizaron, bajando hasta los 295.000 usuarios en 2010 y hasta los 190.000 el pasado 2016. Un descenso que está observando el Gobierno central con lupa para ver si merece la pena cuidarla.

LA NUEVA ESPAÑA viajó ayer entre Grado y San Esteban. Es cierto que son pocos los pasajeros, pero los hay, y para ellos el tren es imprescindible. Francisco Javier Heres utiliza la línea para moverse entre Pravia y San Esteban, donde vive. "Lo uso mucho, no hay otra opción de transporte público y es más cómodo y barato que ir en coche", comenta. Un tren que es utilizado por estudiantes, trabajadores y mucha población de la tercera edad que tiene en la línea su medio de comunicación con las villas. Además, para los que van a Oviedo el tren es la mejor opción porque "te deja en el centro", destaca Paula Secades, vecina de Pravia, quien asegura que no sabe cómo podría ir a trabajar si no tuviese el tren.

La caída de usuarios no sólo viene precedida por el descenso poblacional en la zona, también falta inversión. Hay retrasos en los trenes e incluso se suprimieron 2.400 salidas de Cercanías en Asturias en 2016. También echan para atrás los largos tiempos de espera en las estaciones por la inexistencia del desdoblamiento de vía que obligan, por ejemplo, al tren que sale a las 13.12 horas de San Esteban a permanecer alrededor de veinte minutos en Pravia. También falta personal en las estaciones y las tarifas suben.

¿Qué podría salvar la línea? Una apuesta seria de Fomento y las nuevas tecnologías. Así lo considera el documento inicial con el que concejos, vecinos, sindicatos y asociaciones defenderán su permanencia. Modernizar el tren -infraestructuras y tramos semidirectos- es una de la opción que recoge la hoja de ruta. Lo que no cabe en los planes de la comarca es la supresión de apeaderos, a los que se podría acceder con paradas facultativas, como pasa en los autobuses urbanos.

Para algunos viajeros la duración del trayecto no es un problema: "Es más tiempo que ir en coche, pero me queda cerca y me agrada viajar en tren porque es diferente a ir por la autopista, es más relajado", comenta Ana Pérez, de Pravia.

Tampoco disgusta -todo lo contrario, cada vez gana más adeptos- la propuesta de aprovechar el tren como gancho turístico para la zona, que podría mostrar su patrimonio natural y cultural con paquetes turísticos de un día, a bordo del tren y con paradas para realizar visitas, como apunta el edil moscón Plácido Rodríguez.

Más allá de proyectos, el frente común nacido en Grado pretende conseguir un modelo ferroviario que se ajuste a la realidad social de la comarca, al considerarlo un medio de comunicación social básico. El objetivo es una línea de tren entre Oviedo y San Esteban que vertebre la zona de Grado y el Bajo Nalón y que sea medioambiental y económicamente sostenible, a la par que rentable.

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