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La tortilla salona, a fuego lento

Roberto Cueto, ganador del concurso del tradicional plato de estas fechas, aconseja "pasarla lo justo" y tostar bien la cebolla

Roberto Cueto, con una tortilla de sardines salones. MANUEL NOVAL MORO

La Pola se aferra a su tradición. El concurso de tortillas de sardines salones organizado el pasado fin de semana en la localidad tuvo una altísima calidad, en opinión del presidente de la asociación Amigos del Roble y miembro del jurado, Enrique Meoro. Finalmente, el ganador fue Roberto Cueto García, de la sidrería La Terraza, por delante de la Taberna Cuévano y del bar La Teya, que ocuparon los siguientes puestos respectivamente. En todos los casos, tanto de los tres ganadores como de otras que quedaron por debajo, destacó la dedicación que le brindaron al producto.

Como explica el ganador del certamen, la tortilla requiere un trabajo minucioso: "Lo más importante es quitar las espinas; lleva mucho trabajo, nosotros las quitamos una a una con una pinza, y las repasamos dos veces".

Después, hay que caramelizar la cebolla, que debe estar bien tostada para contribuir al buen sabor y también color de la tortilla final, y finalmente está el arte de cuajarla. "Se hace a fuego lento, y debes pasarla lo justo, porque si te quedas corto queda demasiado suelta, pero si te pasas, la puedes secar", explicó.

Meoro señala que este año, salvo dos de los establecimientos que utilizaron ingredientes que no se corresponden con la tradición polesa, pimiento y patata, los restaurantes brillaron a mucha altura. Roberto Cueto invitó a los hosteleros de la Pola a participar más en estas actividades. "Somos muchos pero participa poca gente. Y cuanto más seamos más fuertes seremos y mejor nos irá a todos", sentenció.

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