"Nosotros les hacemos un avatar para el Whatsapp y ellas nos enseñan a hacer frixuelos y nos cuentan cómo vivían antes". Parece un anuncio por palabras, pero no lo es. Se trata de la breve descripción de un alumno del "intercambio de saberes" que hicieron ayer los alumnos de sexto de primaria del colegio de Lugo con participantes del programa "50ymás", en el que mayores y pequeños aprendieron "un montón de cosas", a la vez que tendieron puentes para acortar la brecha digital y generacional que les separa.
"Vamos a aprender a hacer frixuelos para poder hacerlos en casa", decían con expectación Samuel González, Sara Iglesias y Aitor Asueta. Los tres atendían con atención las indicaciones de Josefina Martínez, Oliva Argüelles y Lucina Suárez, que ayer hicieron las veces de chefs en la cocina del colegio llanerense. "Tenéis que batirlo todo bien para que no queden grumos. Y antes de echar la pasta en la sartén debéis escurrir la cuchara en el bol, que así no mancháis la cocina", aconsejaban con cariño las sexagenarias cocineras, mientras el típico dulce de Antroxu iba cogiendo forma en las sartenes. Mientras el olor a frixuelo invadía la planta baja del colegio llanerense, a escasos metros, en el aula de informática, también se estaba llevando a cabo otra actividad intergeneracional, con una diferencia: en este caso quienes instruían eran los niños. "Me hicieron un dibujo precioso para poner en el Whatsapp. Además, me viene genial, porque tenía una hueco en blanco ahí puesto", aseguraba Florinda López, mientras mostraba la pantalla de su teléfono, en la que se podía ver un avatar inspirado en su propia cara. "Lo hicimos con un programa de Google. Es muy fácil, y lo hicimos muy rápido", explican Pedro Vallina y Hugo García, que en la mañana de ayer tuvieron tiempo de hacer las veces de profesores.
A la vez, en las aulas de sexto, ubicadas en la tercera planta del edificio, otro grupo de participantes en el "50ymás" explicaba a los estudiantes cómo eran los hogares hace medio siglo. "Eran casas de una planta, con baño fuera de la casa y sin agua corriente", recordaban Florinda López, María Jesús Suárez y Celina Álvarez. Precisamente, esta última compartió aula con su nieta Andrea, que fue quien le insistió para participar en la actividad: "Es una idea genial. Además, las cosas que está contando mi abuela sobre cómo era la vida nunca se las había escuchado".