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"Pido un trabajo para salir adelante", dice el hijo de los afectados por el incendio

La familia del piso quemado en la Pola se aloja desde el lunes en una nueva vivienda, tratando de pasar página tras haberlo perdido todo

Francisco Javier Martín Moreno, con su hijo Francisco Javier Martín Tolivia, ayer, jugando con los perros en su nueva casa. MARIOLA MENÉNDEZ

Francisco Javier Martín Tolivia ansía encontrar un trabajo para poder ganarse la vida. Para su padre, Francisco Javier Martín Moreno, ésa sería la mejor noticia que le podrían dar en estos momentos. La familia lo está pasando mal y aún asumiendo el trauma de haberlo pedido casi todo en el incendio de su vivienda hace poco más de una semana en la calle Celleruelo de Pola de Siero. Ambos creen que un empleo sería la mejor manera de pasar página y seguir con sus vidas. Martín Tolivia es fontanero con experiencia en la construcción y en la instalación de fibra óptica.

Llevaba trabajando desde los 16 años y está en paro desde septiembre. Como su pareja también perdió el trabajo, tuvieron que trasladarse de la casa en la que vivían en Oviedo a la de los padres de él, en la capital sierense. Llevaban poco más de un año asentados aquí cuando se produjo el incendio, en la madrugada del sábado 11 al domingo 12. "Ahora esta papeleta", destaca el hijo. "Pido un trabajo para poder salir adelante", insiste.

El fuego devoró casi todas sus pertenencias. Han podido recuperar algo de ropa, poco, pero los muebles, que en su momento hizo el padre, son ceniza. En todo caso, asegura que lo que más duele haber perdido son los recuerdos. Su nieta de 13 años pasaba ese fin de semana con ellos y "precisamente esa tarde estuvimos viendo fotografías de familares que no conocía", recuerda emocionado. "Es la sensación de verte desnudo, pasar de tenerlo todo a perderlo", remarca el hijo.

Relata que estaban durmiendo los cinco en el piso y fue la madre de Francisco Javier Martín Tolivia quien se despertó al "al escuchar el chasquido de la madera" que provocaban las llamas. Lo primero que hizo fue acudir rápido al salón, donde dormía su nieta, para despertarla. Acto seguido alertó al resto de la familia. "El humo nos llegaba a la altura de la cadera y ya ni respirabas", cometa el hijo. "Si tardamos un poco más, no salimos", matiza el padre, aún conmocionado. Con la familia conviven dos perros, que también resultaron ilesos.

Los primeros días estuvieron realojados en un hotel de Pola de Siero y desde el lunes se han instalado en un piso en la calle Pedro Vigil, en donde tratan seguir adelante. "Nos tuvimos que buscar la vida nosotros", pues el hijo y su pareja siguen pendientes de que el Principado, a través de Vipasa, les conceda una vivienda social de emergencia. Se quejan del trato recibido por el gobierno de Siero, con quienes no han quedado muy satisfechos. Sin embargo, sí están muy agradecidos a sus vecinos por su altruismo y por cómo se han volcado con ellos. Han abierto dos cuentas en el banco BBVA y en la Caja Rural. Además, han puesto en marcha una campaña solidaria para ayudarles con ropa, calzado y enseres básicos que puedan necesitar.

Los padres, él de Arriondas (Parres) y ella de Valles de San Román (Piloña), llevan 37 años en la Pola y desde el año 2000 residían en el piso quemado.

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