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Lugones El capital humano

La estirpe de las tijeras

La familia Folgueras Blanco acumula medio siglo de dedicación a la peluquería en el entorno de la avenida de Viella en Lugones

Roberto, de pie, y Francisco Folgueras Blanco, ayer, en su peluquería de la avenida de Viella. L. BLANCO

Los cortes de pelo tienen el mismo apellido desde hace medio siglo en la avenida de Viella de Lugones. Los miembros de la familia Folgueras Blanco llevan desde 1968 regentando de manera ininterrumpida diferentes peluquerías que fueron adaptándose a los cambios de los tiempos y a las exigencias de la demanda de un servicio que, por su naturaleza, no tiene fecha de caducidad.

José Folgueras Blanco, el patriarca, nació en la aldea de Trabaces, en la parroquia de San Martín de Valledor de Allande, y de muy joven descubrió el oficio en Cangas del Narcea. Sin embargo, sus tijeras no comenzarían a cortar por libre hasta que vino a hacer la mili en Oviedo y encontró en Lugones un lugar idóneo para trabajar por su cuenta. "Comencé en un local pequeño porque estaba empezando", comenta sobre su primera ubicación en la avenida de Viella, que ocho años después trasladó a la calle Paulino Vicente, para luego volver a unas dependencias mayores, doce años después, en la calle en la que empezó todo.

Su buen hacer permitió que el negocio creciera. Durante 23 años su mujer se sumó a la peluquería, encargándose de la clientela femenina, y con los años se incorporaron sus hijos, Roberto y Francisco, los cuales mantienen la estirpe familiar de peluqueros más famosa de Lugones. "Empecé en 1989 con título, pero ya tenía tres años de experiencia", rememora Roberto Folgueras, al que su hermano seguiría después para tomar el testigo a su padre tras su jubilación. "Mantuvimos los clientes fieles e incorporamos los que fueron llegando con el crecimiento de Lugones", explican los dos profesionales, que ya nacieron en territorio sierense y vieron cómo la localidad pasaba de tener un par de peluquerías de varones a superar la decena. "La competencia es cada vez mayor", indican.

Toda una estirpe que ha sabido adaptarse a los exigentes cambios de los tiempos y mantener la esencia del peluquero de confianza que sabe lo que quieren muchos clientes con sólo mirarles. "Muchos ya no tienen falta ni decir qué peinado quieren", bromean los hermanos.

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