Cerca de mil personas participaron ayer en el desfile de Antroxu de Villaviciosa entre participantes individuales, grupos y carrozas, y entre todos pintaron la localidad con los colores del mundo, porque allí se vio de todo. Con mucho ritmo y una música que llenó por completo las calles, se vieron personajes de todo lugar y condición.

No faltaron, por supuesto, las propuestas locales, como una enorme caja de sidra llena de niños disfrazados de botellas, o una simpática representación del túnel del Negrón, después del cual aparecían personajes con las nubes y la lluvia encima, o unos feriales con sus coches de choque, el tren de la bruja y la siempre apropiada música de Camela.

Pero abundaron, asimismo, carrozas y grupos de todas las latitudes; los bailes y los colores de la India, los vestidos y maquillajes de la China tradicional, la música de las batucadas brasileñas, y los sonidos y los trajes del antiguo Egipto o de Roma. Y también personajes mitológicos, cinematográficos o televisivos, o todas las cosas a un tiempo.

Una de las carrozas llevaba a Neptuno en un gran barco poblado de pequeñas sirenas.

Otra era un gran tanque que abogaba por hacer el amor y no la guerra, y otra convertía la experiencia de volar en todo un mundo de colores, con aviones comerciales, tripulación y pasajeros. Y todos sin excepción se divirtieron muchísimo e hicieron las delicias del público.