"Estoy muy contento y es una alegría volver a verlos". Así expresaba ayer, con una emoción contenida, la ilusión por el homenaje sorpresa que recibió quien durante muchos años fuera "el alma del CF Colloto", Miguel Ángel Mijares. Se lo brindaron sus "chavales", aquellos que entrenó hace más de dos décadas y que hoy son hombres que rondan los 50 años. Fue una buena disculpa para reunirse de nuevo y jugar una pachanga.

La idea surgió de Roberto Rodríguez y Ángel Álvarez, y tan ilusionados estaban ayer todos por el reencuentro que tienen pensado que estas reuniones se repitan. "Aunque sea para comer, porque ya no estamos para jugar", apostilló Rodríguez. Recuerdan que cuando ellos jugaban el campo de fútbol del Colloto estaba todavía en el Llindón. Han pasado muchos años y ha llegado el momento de reconocer a Miguel Ángel Mijares su trabajo y dedicación al fútbol base de la localidad. "Fue como un padre para nosotros", recuerda Álvarez.

El que por aquella época era el presidente del club, Fernando Suárez, tuvo el honor de entregarle una placa y una camiseta del equipo, que el protagonista recogió junto a su nieta Elsa Mijares. "Es un apasionado del fútbol y el artífice de que haya fútbol en Colloto porque era el alma de todo", remarca Suárez.

Los chavales a los que entrenó quisieron arroparle en estos momentos en los que anda algo delicado de salud. "La fuerza del lobo está en manada, y la mía, en el fútbol, el equipo y los amigos", confesó Mijares.