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El archivo de Siero, "insuficiente y de difícil acceso", está al límite

El notario archivero mantiene conversaciones con el gobierno local para conseguir "un lugar más visible y más espacioso"

Andrés Santiago. M. M.

El local que alberga el archivo notarial de Siero se queda pequeño para guardar tantos documentos. Por eso el notario archivero del distrito, Andrés Santiago, negocia con el gobierno sierense un nuevo emplazamiento, más adecuado y digno para estos fondos.

El local que actualmente ocupa el archivo es un sótano municipal de unos cincuenta metros cuadrados de superficie, explica Santiago. La propia notaría lo ha dotado de sistemas de alarma contra intrusión, incendio e inundación para proteger estos depósitos. "Este local resulta actualmente insuficiente y de difícil acceso. Nuestro deseo es llevarlo a un lugar más visible, con mayor espacio, así como con mejores acceso y disponibilidad para el público en general", argumenta el notario archivero, quien agrega que desde hace un tiempo mantienen conversaciones con el alcalde, Ángel García, "para hacer posible un cambio de local que suponga una mejora efectiva en las condiciones de almacenamiento y acceso y que permita mantener en Siero el archivo histórico".

Aunque, en ocasiones, algún investigador ha solicitado permiso para accceder a los documentos de más de 100 años, Andrés Satiago reconoce que, si hubiera alguna petición, en este momento tendría que ser denegada "por las condiciones" actuales.

Explica que en los archivos de documentos notariales se distingue entre los fondos de cada notaría, que tienen hasta 25 años de antigüedad; el archivo de distrito, con documentos de hasta un siglo, y el archivo histórico, cuyos documentos superan los 100 años. En la Pola se guardan el archivo histórico y el de distrito, que, además de Siero, comprende los municipios de Noreña, Sariego y Bimenes.

Aquí se custodian protocolos desde 1757, aunque desde esta fecha y hasta 1936 sólo se conservan unos 800, de los que unos 30 fueron reconstruídos y los demás son originales que se libraron de las quemas de la Revolución de 1934 en Asturias y la Guerra Civil española. En total, se trata de un fondo de más de 100.000 documentos y la mayoría están encuadernados en más de 500 tomos.

"Este volumen crece cada año con los protocolos del distrito que van cumpliendo los 25 años, lo que hace que se incrementen las necesidades de espacio para almacenamiento y mantenimiento", explica Santiago.

Además, estos fondos "contienen una parte importante de las historias personales, familiares, empresariales y municipales de Siero", destaca el notario archivero. Se guardan documentos como testamentos, herencias, actas, declaraciones de obra nueva, compraventas, préstamos, protestos de letras de cambio, documentos societarios, empresariales, etcétera. "Toda esta documentación está a disposición de quienes intervinieron en ella y de sus sucesores o herederos", así como de personas con un interés legítimo, destaca Andrés Santiago. A los protocolos que tienen más de un siglo de antigüedad (archivo histórico) pueden acceder investigadores que estén interesados en su estudio con la debida autorización.

El archivo notarial permite conocer y descubrir, por ejemplo, cuáles eran las profesiones más frecuentes en determinada época, así como la actividad económica del distrito y las relaciones personales a través de los testamentos o herencias. Los primeros suelen aportar información interesante sobre la organización, la sucesión patrimonial, la economía de la familia y el reconocimiento de hijos. Bucear en estos protocolos notariales también permite seguir el rastro de una propiedad y de las transmisiones. Ahora, estos fondos tratan de encontrar una sede más digna, acorde a su categoría.

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