La parroquia de San Pedro, de la Pola, aspira a poder completar en esta Semana Santa el vía crucis que recuperó el Viernes Santo pasado, después de varias décadas, pero que tuvo que finalizar antes de lo previsto por culpa de la lluvia.
El párroco, Juan Hevia, explica que en la capital sierense "hace años había procesiones, como en la mayoría de los lugares". Los feligreses de más edad recuerdan que hubo una imagen del Nazareno y una urna propia del Santo Entierro, pero que ya no se conservan. Lo que sí se mantiene en una nave lateral de la iglesia es un Cristo yacente, con su corona de espinas, y una Virgen Dolorosa. "Por las vestiduras, puede ser de finales del siglo XIX o principios del XX", apunta el sacerdote. Matiza que es una imagen "propia del norte, sin lujos ni parafernalias. Es una mujer vestida de negro".
Durante años, en Pola de Siero salía la procesión del Viernes Santo y en la Semana Santa pasada se quiso recupera la tradición con una procesión del Encuentro. Así que la madre Dolorosa salía de la parroquia para encontrarse con su hijo, el Cristo de Santa Ana, que sale de la capilla de esta misma advocación. "Fue una petición de los feligreses", destaca el párroco. Juan Hevia deja claro que hay una cofradía del Cristo de Santa Ana, pero no es penitencial, pues éstas "representan de una manera u otra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo". En el caso de la cofradía polesa, "nace para la veneración y exaltación de la Cruz" y suelen estar vinculadas con la festividad del 14 de septiembre.
"Haremos lo mismo que el año pasado, aunque como llovió no se pudo realizar todo el recorrido", lamenta Hevia. En este vía crucis, los feligreses irán en procesión rezando y representando los diferentes pasos de la Pasión de Jesús camino de la crucifixión. Son catorce estaciones y en la cuarta es cuando la Dolorosa se encuentra con el Cristo, concretamente, en la plaza Cabo Noval de Pola de Siero. Se trata de un "recorrido por toda la Pasión hasta la bajada de la Cruz y es sepultado", explica el párroco.
Después de que el año pasado la lluvia desluciera los actos de este vía crucis, que pretende recuperar esta tradición religiosa de la Pola, "la intención es poder hacer el recorrido completo". Uno de los cambios es que la Dolorosa vaya hasta la capilla del Cristo de Santa Ana, porque de esta forma se representa de una forma más aproximada lo que es la subida de Cristo al monte del Calvario, donde, según relata la tradición católica, recibió vil muerte.
El sacerdote en Pola de Siero insiste en que el hecho de que no haya procesiones de Semana Santa no significa que la parroquia no conmemore y recuerde la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, pues ésta son expresiones en la calle de las celebraciones que tienen lugar en la Iglesia.
La Semana Santa empieza el Domingo de Ramos, con la entrada de Jesús en Jerusalén, recuerda el cura. El Jueves Santo se revive la última cena de Cristo con sus discípulos, donde instauró la Eucaristía. En Viernes Santo se rememora la muerte del hijo de Dios y el sábado es el día de la espera hasta la Vigilia Pascual que comienza el Domingo de Resurrección. "Esto se celebra en todas las parroquias. Otra cosa es que aquello que se celebra en la Iglesia se plasme fuera con procesiones u otra manera y en cada lugar tiene su expresión", argumenta Juan Hevia.
