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Don Alberto vuelve al pupitre

El director del colegio público Condado de Noreña se jubila, tras 27 años en el centro, con la intención de iniciar estudios de Bellas Artes en la Universidad

Alberto González, en el centro, posa junto a las cocineras del comedor del colegio tras su jubilación esta semana. REPRODUCCIÓN DE L. B.

"Este oficio es maravilloso y no lo hubiese cambiado por nada". Con esta frase resume Alberto González el balance más que satisfactorio que hace de sus 27 como profesor en el colegio público Condado de Noreña. Una etapa a la que puso punto y final con su jubilación esta misma semana desde su cargo de director en el que permaneció durante unos 15 años en diferentes etapas a los que hay que sumar otros diez como jefe de estudios de generaciones y generaciones de niños noreñenses y de las poblaciones sierenses del entorno.

Don Alberto, como lo conocen casi todos los que fueron sus alumnos, es natural de San Mamés, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio y vecino de Oviedo, pero su trabajo le llevó a echar raíces en un lugar que ni se imaginaba cuando empezó su carrera de maestro. "Noreña es mi casa y le tengo un cariño muy especial", reconoce un hombre que en principio impartía clases de Geografía e Historia y luego derivó su labor docente a otra de sus pasiones: "Aproveché un año sabático para hacer un curso de música y desde entonces orienté mi carrera por ahí".

Sobre los motivos que le llevaron a ser maestro, lo tiene más que claro. "Es una profesión en la que es imprescindible la vocación y yo la tenía y la tengo", comenta acerca de un desempeño que sostiene que no es fácil. "Enseñar es algo relativamente sencillo, la clave está en saber educar", sugiere con la experiencia adquirida en Noreña y previamente en centros de Castropol, Gijón o Pinzales como aval.

Ahora reconoce que echará de menos su trabajo, pero también da por hecho que tendrá poco tiempo para aburrirse. "Quiero matricularme en la universidad y estudiar Bellas Artes o Artes y Oficios", dice ilusionado por el inicio de una nueva etapa que espera que sea apasionante. "Voy a seguir aprendiendo y disfrutando de otras muchas aficiones como la música y el deporte", advierte sin olvidar su dedicación a la pequeña hacienda que posee en su localidad de orígenes, donde ayer mismo pasaba la mañana.

Todo ello sin borrar de su mente una larga trayectoria que sin duda dejó huella entre muchos vecinos de la Villa Condal y alrededores que esta semana mostraban su nostalgia al conocer la marcha de un profesor que acumuló 25 años en el equipo directivo del centro. "Es maravilloso ver el proceso de crecimiento de tanta gente que incluso ya son hasta abuelos y te convierten en viejo", destaca un González que esta semana fue despedido de manera oficiosa por el personal del centro, entre ellas el personal de la cocina del comedor que quiso inmortalizar con una fotografía su último día laboral.

Despedida que todavía contará con un nuevo capítulo a final de curso, cuando el profesorado tiene previsto celebrar tanto la jubilación de Don Alberto como la del también profesor de Educación Física durante muchos años, José Ángel Menéndez, al que llegará la hora de decir adiós dentro de unos meses a "una profesión guapísima y recomendable".

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