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Educación en tres dimensiones en la Pola

Un grupo de 17 alumnos del IES Escultor Juan de Villanueva participa en un proyecto europeo para construir sus propios robots

Alumnos de tercero de la ESO del Instituto Escultor Juan de Villanueva, con su impresora en tres dimensiones y su primer trabajo con las letras de Siero. L. BLANCO

El futuro de España, Alemania, Francia y República Checa confluye en la Pola avanzar en el apasionado mundo de la robótica. Un grupo de 17 alumnos de 3º de la ESO del IES Escultor Juan de Villanueva participan en un proyecto del programa europeo Erasmus Plus de dos años de duración en el que trabajan conjuntamente con jóvenes de dichos países para construir sus propios robots que serán puestos en escena durante un encuentro previsto para noviembre en la localidad sierense.

Los polesos aprovechan sus clases de tecnología para desarrollar unos planes que, en su caso, pasan por la de conocer a fondo el mundo de la impresión en tres dimensiones como paso previo a la creación de piezas que utilizarán para construir sus propios robots bajo la supervisión del profesor Mauricio Gallego.

De momento el centro ya ha adquirido la impresora con la que comienzan a hacer sus pinitos. Tras aprender las primeras nociones informáticas para manejar la herramienta, el primer producto 3D de la factoría Escultor Juan de Villanueva ya da resultados.

Los estudiantes lograron nada menos que conseguir una réplica de una escultura del parque de La Habana de la localidad en la que puede verse el nombre del concejo. "Es un primer paso para seguir avanzando en algo que para muchos es nuevo", explica el profesor, muy satisfecho con el empeño que ponen los alumnos.

La próxima meta es ir adquiriendo las piezas con las que crear un primer robot bastante básico y posteriormente ir abordando retos más complicados cuyos resultados serán puestos en común en los viajes previstas a los tres países que completan el programa a través de dos expediciones de seis alumnos y una de cinco que permita a todos viajar y descubrir otras culturas y formas de trabajar de nuestros vecinos europeos.

"La intención es aprovechar los dos años que dura el proyecto al máximo", indica Mauricio Gallego.

Una iniciativa que no hace más que confirmar el espíritu internacionalista de un centro que se caracteriza por un gran dinamismo a la hora de poner en marcha iniciativas como intercambios, viajes culturales o participación en diferentes programas que además de contribuir a la formación académica permiten descubrir otras formas de vida y sistemas educativos del continente. "La experiencia nos dice que solos y por separado no vamos a ningún sitio", explica Sergio Álvarez, director del centro que el viernes celebró la Semana Europea con varios actos conmemorativos.

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