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Así es mi oficio

Nacio Quirós, fascinado por la madera

El ebanista poleso descubrió de adolescente, tallando una pequeña arca de su familia, el atractivo de un material que, dice, despierta en él "algo atávico"

Nacio Quirós, en su taller de La Carrera. MANUEL NOVAL MORO

El ebanista poleso Nacio Quirós se encontró un día, siendo un adolescente, con una pequeña arca de madera que su padre le había regalado a su madre. La madera estaba sin tratar y decidió ponerse manos a la obra para intentar tallarla. Entonces descubrió una vocación que, más tarde, se convertiría en su medio de vida. "Tenía apetito por hacer cosas y me gustó", asegura.

Pero esa no era su vocacion primigenia. Lo suyo era la antropología. Era lo que quería ser, hasta que surgió "una pequeña crisis" que lo apartó de aquel camino. No obstante, siguió estudiando. Se licenció en Geografía e Historia del Arte, unos estudios que compaginó con el trabajo de la madera. "La vida da muchas vueltas y nunca sabes a dónde te va a llevar", dice.

Nacio Quirós comenzó su andadura por la talla. Parecía el principio más lógico porque lo que realmente le atrajo de su profesión fue la madera. "Yo estoy en esto por el material; la madera despierta en mí algo atávico; supongo que todos lo tenemos dentro, aunque unos más que otros, y a cada uno le viene por el camino; a mi me vino por la necesidad de trabajar la madera y de estar en contacto con ella", explica.

En su trayectoria ha sido fundamental la figura del tallista Rogelio Riesgo. Nacio Quirós conocía su trabajo y quiso que fuera él quien le enseñase el oficio. "Decidí que tenía que ser él quien me enseñase, y tuve la suerte de que fue así", señala. Recibió sus enseñanzas primero en la Escuela Taller del Pueblo de Asturias, de Gijón, y más tarde en su taller. "Estuve banco con banco con él durante años, y cuando yo abrí mi taller siguió teniendo un banco para que trabajase él allí", relata.

Para Quirós, ver al tallista en acción era una maravilla: "Lo veías trabajar y era impresionante la naturalidad con que actuaba; parecía que las herramientas eran una prolongación de las manos", refiere.

Y aunque la talla le gustaba mucho, pronto se dio cuenta de que era un oficio del que es muy difícil vivir. Entonces, comenzó a tirar más por la ebanistería. "Empiezas a hacer más mueble que talla porque tienes que vivir, y es lo que la gente demanda más", sostiene. No obstante, seguía siendo trabajo con madera, y su entusiasmo con el oficio no decaía. Al contrario, con la construcción de muebles descubrió un mundo nuevo con el que sigue fascinado. "La ebanistería es como una forma de arquitectura, pero en otra escala diferente; se construye en tres dimensiones, se crean espacios y se tienen que tener en cuenta proporciones", sostiene Nacio Quirós.

Otro hito en su carrera fue cuando visitó una feria del mueble y llevó una puerta que llamó mucho la atención. Entonces se dio cuenta de que se podía utilizar la carpintería de corte tradicional pero con un aire diferente. "Es el arte de la ebanistería pero buscando otras cosas". Quirós hace sus propios diseños, a veces siguiendo su criterio y otras buscando las mejores opciones para las propuestas de sus clientes.

Su idea del mueble es la que se estila en Francia. "Allí los muebles de estilo están muy valorados, se consideran incluso bienes patrimoniales; yo creo que es algo muy personal elegir los muebles, un mueble dice mucho de tí; las puertas, por ejemplo, creo que la puerta de la casa en la que vives dice mucho de tí".

El último gran cambio le vino provocado, como a tanta gente de su sector, por la crisis económica. En su empresa trabajaban cinco personas, pero llegó un momento en el que escaseaban los trabajos y terminó quedando solo. "Estoy otra vez donde empecé", señala. Pero se ha abierto otro camino que también le gusta, el de la docencia. Su taller de La Carrera es un centro homologado de formación para el empleo. Actualmente tiene en marcha un curso de mecanizado de madera y derivados, al que seguirá otro de instalación de elementos de carpintería.

En todo caso, ya sea con la docencia, con el trabajo de ebanista o con la talla, tiene claro que la madera ya es su mundo. Ahora su ideal es seguir creando. Compaginar la parte de negocio con esa otra que da rienda suelta a su arte y su creatividad, y que conserva la chispa del joven que comenzó a tallar su vida en un arcón.

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