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En Tamón el cine llega al paladar

Varias mujeres participan en un ciclo en el que aprenden trucos para hacer cócteles y cocina mexicana a través de películas

Kenya Vargas dispone sobre la mesa los alimentos que usará después en sus platos de cocina mexicana. I. G.

Un cóctel, de primero, y comida mexicana, de segundo. Con ese menú trabajan las vecinas de Tamón que desde el pasado miércoles 15 asisten a un ciclo de cocina basado en el cine. La primera jornada siguieron los pasos de Tom Cruise en "Cocktail" y ayer se dejaron llevar por alimentos mexicanos, como guacamole con arándanos y enchiladas, y una tosta de chorizo y sardinas, "un maridaje extraño, pero rico", expresó la monitora Kenya Vargas, que basó sus platos en el filme "Como agua para chocolate". "Se trata de comida de rancho, comida de peones, de trabajadores del día a día a principios del siglo XX, cuando está ambientada la película", explicó Vargas.

La primera sesión, la de "Cocktail", corrió a cargo de Yolanda del Río. Defendió entonces que los cócteles tienen buen maridaje, por ejemplo, con frixuelos. El bloody mary, "que viene muy bien para las resacas", combina bien con tostas de queso o frixuelos salados. También preparó mojitos, "orgasmos" y "margaritas".

Del Río explicó la película de Tom Cruise y se puso manos a la obra. Sobre una gran mesa colocó los vasos de copa típicos de los cócteles, aunque también dejó claro que lo importante es el contenido, es decir, que pueden hacerse en casa en vasos de yogur.

El primer cóctel fue un mojito de plátano. Esa bebida cubana está compuesta por hielo picado, azúcar moreno, ron blanco y pequeños pedazos de plátano que son machacados en el propio vaso. Lleva, además, hierbabuena y se ha de tomar aspirando por una pajita de plástico. "Esto combina muy bien con atún, mejillones... algo salado", explica la monitora del cursillo, al tiempo que ofrece su mezcla a las asistentes, entre las que se hallan Esther Fernández, María Dolores Castro, Carmen González, Mercedes Cuervo, María Dolores González, Gloria González y María Luisa Medina. Se pasan el vaso una a una, y varias de ellas ponen cara de satisfacción.

Tras la primera cata, las alumnas pasaron a la segunda. Tocó bloody mary, una combinación hecha a base de vodka, zumo de tomate, estragón para potenciar el tomate y pimienta, entre otros ingredientes. "Se introduce todo en un vaso mezclador y luego se sirve", explica Del Río. Sobre el vodka, una de las asistentes indicó que venía muy bien para limpiar el acero inoxidable, pero eso era harina de otro costal.

En la sesión de ayer, Kenya Vargas regresó por momentos a su país natal, a México. Habló de platos tradicionales del norte de su estado, como los chiles rellenos que su madre podía macerar hasta ocho días. Ella consideró que con bastante menos tiempo es suficiente para captar todo su sabor. Y tras la lección de comida mexicana, las vecinas esperan ya a la siguiente sesión, que repasará la gastronomía de "La pasión turca", de Vicente Aranda.

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