Susto, frenazo y alivio. Todo, en unos contados segundos. Los que lleva encontrarse de sopetón con toda una familia de jabalíes campando a sus anchas por la calzada de la autovía cuando se va en coche a unos 100 kilómetros por hora, se da un volantazo y se logra, sin saber cómo, esquivarlos. El susto tarda, pero finalmente se pasa.
No tuvo la misma suerte otro conductor que no pudo evitarlos, la noche del miércoles, y se llevó por delante a uno de los miembros del grupo de suidos. Así, destrozó la delantera del coche.
Todo ocurrió en la autovía que une Oviedo y Villaviciosa hacia las nueve de la noche. Varios coches circulaban en sentido Santander y cuando procedían a incorporarse a la salida hacia la Pola se encontraron con una inesperada sorpresa. Uno de los conductores -el que relata esta historia- vio cómo de repente otro vehículo que iba apenas unos 40 metros delante hizo un extraño movimiento.
Restos de chapa y trozos de plástico echaron a volar. Sin apenas tiempo de reacción, un jabalí hizo un quiebro, salió de la penumbra y obligó a un frenazo y volantazo para esquivarlo.
El animal quedó aturdido, cegado por los faros del turismo y tras un instante que pareció eterno reaccionó y echó a correr. En este espacio de tiempo el resto de su familia aprovechó también para cruzar la autovía, en una zona en la que en los últimos cinco meses los accidentes por la presencia de estos cerdos salvajes no se pueden contar ya con los dedos de la mano.
Por suerte, el conductor del coche que chocó con el animal y su mujer pudieron continuar y sólo lamentaron daños materiales. Superado el susto, lo ocurrido invita a reflexionar sobre la necesidad de iluminar y cercar un punto negro de la autovía de Villaviciosa para evitar males mayores.
