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Un estreno con paliza que hace cotizar un favoritismo inesperado

La cuatreada vuelve a sonar con fuerza en Granda. La Peña Casa Cuqui, uno de los equipos con más solera del concejo de Siero, tiene este año una oportunidad única para reengancharse a la máxima categoría de la cuatreada, un escalón que ascendió sólo una vez en su historia a finales de los noventa cuando contaba en sus filas con una amplia plantilla de nueve jugadores.

La entidad nació a comienzos de los años ochenta a través de una especie de sextaferia entre vecinos, aficionados y clientes del bar Casa Cuqui que pusieron el trabajo y aprovecharon los materiales facilitados por el Ayuntamiento de Siero para crear unas instalaciones que permitieron recuperar la tradición bolística de una parroquia que décadas antes había contado con varios castros repartidos por su geografía.

Tras el momento álgido de finales de los noventa, la peña pasó momentos delicados en los que incluso le costaba reunir los cuatro jugadores que le permitieron participar de manera incondicional desde su constitución en la liga asturiana de cuatreada en la que actualmente milita en Primera, la antesala de la División de Honor que conforman las doce mejores peñas de la región.

Esa escasez de efectivos se tradujo en el descenso a Tercera, donde permaneció varios años hasta iniciar una tendencia ascendente iniciada hace un par de años y continuada la temporada pasada con el ascenso a Primera tras quedar en tercer lugar del campeonato de Segunda, en el que fueron apeados en semifinales por el Ateneo Obrero de Villaviciosa.

Una de las claves es el aumento del fondo de armario. A los siempre fieles Miguel Mier y Roberto Cobo se sumaron en las últimas temporadas Eloy Ibáñez, jugador llegado de El Berrón, así como los exintegrantes de la desaparecida Peña La Charca Tion Fernández y Emilio Díaz y el eterno presidente y entusiasta Toni Romero, además del joven Elías Mier, hijo de Miguel de 14 años que tras unos años de formación en la cantera de El Berrón vuelve a la peña en la que descubrió los bolos.

Precisamente, este último es la gran esperanza de una peña que lleva años clamando por savia nueva que regenere la pasión por el deporte autóctono. Elías cuenta con un importante palmarés en las categorías inferiores y este año decidió dar el paso al tiro de 19,5 metros de distancia exigible para participar en los torneos absolutos. De momento el balance es positivo. Una buena actuación en el regional por parejas de Tercera junto a su padre, alcanzando los cuartos de final, así como la clasificación para el cuadro final del Memorial Cajetilla senior, del que quedó apeado en primera ronda frente al ambidiestro de la Peña El Piles, Mundo Miguel.

Motivos todos estos que animal al incombustible Toni Romero a seguir una estela iniciada hace casi 40 años y continuada por sus predecesores , Joaquín Rodríguez, Gerardo González y Manuel Molina. Todos nombres que pusieron su granito de arena para poner el nombre de Casa Cuqui en un mapa bolístico en el que no sólo abarca los límites en la participación de torneos, sino que también colabora en la organización de citas como el propio Memorial Cajetilla y su bolera albergó boleras de los mundialitos de bolos celebrados en Siero.

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