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Siero, territorio festivo

La Virgen de la Cabeza estrena directiva y un reto: frenar la masificación

Alejandro López sustituye a Avelino Fernández como presidente de una comisión de festejos que quiere recuperar la fiesta para el pueblo

De pie, por la izquierda, Roberto Cimadevilla, Ana Arboleya, Raquel Reguera, Gema Fernández, Tania López, Cristina Reguera, Alejandro López, Chus Fuente y Pedro Fernández; delante, Santiago Fernández, Roberto "Peso", María Fernández, Lidia Fernández, Avelino Fernández, Fabián Medina y Ana Fernández, en el santuario de la Virgen de la Cabeza de Meres. Manuel Noval Moro

De las fiestas "de prau", la de la Virgen de la Cabeza de Meres es la más madrugadora. Se celebra cada año siete semanas después de la Pascua. Este año, será los días 3, 4, 5 y 6 de junio, y aunque lo más seguro es que el público no se de cuenta porque seguirá siendo la fiesta de siempre, lo cierto es que entre bambalinas habrá un cambio importante: que su cabeza visible ya no será Avelino Fernández, "El Rilu".

En la última reunión de la directiva, por motivos de salud, puso su cargo a disposición de la comisión y pidió que alguien le sustituyera. Finalmente, fue elegido presidente Alejandro López. Lo cierto es que, junto al nuevo presidente, continúa una nutrida directiva dispuesta a dar el callo.

La fiesta tiene un componente religioso importante, que se hace bien visible el lunes de la misa y procesión, que congrega a cientos y hasta miles de fieles en el santuario, pero también una parte gastronómica y de juerga que ha crecido exponencialmente en los últimos años y que está empezando a preocupar a la directiva. Como expresaba Santiago Rodríguez, "ahora el reto está en hacer frente a la masificación , hay días en que hay tanta gente que cuesta mantener el nivel de trabajo".

Lo cierto es que La Virgen de la Cabeza se ha convertido en una fiesta para toda Asturias. Y es especialmente significativa la presencia de gente de Oviedo el lunes, debido a que el día siguiente es martes de campo y no se trabaja en la capital. Pero no solo eso. El sábado acude gente de toda Asturias. "El lunes y el sábado, el noventa por ciento de la gente no es de Siero", asegura el nuevo presidente. Ahora, la comisión se está replanteando algunas cosas.

Por lo pronto, el martes tiene previsto suprimir la verbena. Hasta ahora, la última jornada se cerraba a lo grande. Este año, posiblemente termine una vez acabada la merienda campestre, terminar la fiesta con el reparto del bollo y el vino y quizá animada por una charanga. Y cerrar

En cualquier caso, la fiesta quiere volver a su carácter de siempre. "No se trata de llevarla totalmente al origen, pero sí, al menos, de mantener su esencia: que sea una fiesta para los del pueblo y para la gente de alrededor"; la masificación llegó a tal punto que se fletaban autobuses de todas partes para venir; y lo peor es que incluían una caja de sidra", dice Alejandro López.

Aparte de la coincidencia de fechas, Avelino Fernández cree que la clave de que la fiesta haya triunfado casi hasta morir de éxito está en cómo o se ha trabajado. "Las cosas se estaban haciendo bien; la acogida es grande porque hay buenas tortillas, buena sidra, buen servicio, un lugar de privilegio y muchas cosas favorables que destacan", dice.

El deseo del expresidente es que se sigan haciendo las cosas bien para que la fiesta continúe como hasta ahora, y que la gente siga comprometiéndose con ella. La fiesta hace tiempo que ha dejado de ser familiar. Hasta hace unos pocos años era la comisión la que se encargaba de todo, incluso de mantener el orden. Ahora, han contratado seguridad, porque ya no lo pueden abarcar ellos por sí solos. En cualquier caso, la fiesta está a la vuelta de la esquina y todos esperan que siga teniendo tirón. Quizá un tirón distinto, pero tirón al fin y al cabo. La Virgen de la Cabeza es mucha fiesta.

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