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La manta candasina, a estudio

El Ayuntamiento contratará una asesoría etnográfica para analizar las raíces y evolución de la tradicional toquilla que usaban las mujeres de las conserveras

Mujeres trabajando en una industria conservera con la tradicional toquilla candasina. I. G.

La manta candasina es una prenda casi imprescindible en toda fiesta que se precie en la capital del concejo de Carreño. La prenda que cubre los hombros y pecho de las mujeres y que suele acompañar el traje tradicional marinero no tiene su origen en ambientes festivos, sino que en su momento fue una prenda utilizada por las trabajadoras de las ya desaparecidas fábricas de conserva.

El gobierno municipal quiere ahondar en la historia de esta prenda y plantea la contratación de una asesoría etnográfica e histórica con el fin de elaborar un estudio científico y monográfico sobre el origen e interés cultural de la manta candasina, así como definir la fórmula más adecuada para la protección de esa muestra del patrimonio cultural de Candás. "La intención es que sea un bien de interés cultural protegido", destaca la Alcaldesa, la socialista Amelia Fernández. Según la regidora, la manta ha cambiado con el paso del tiempo y se ha ido adaptando, modificando su uso inicial. Factores como la industrialización y la paulatina desaparición de las industrias conserveras y de las rederas de la pesca en la villa candasina pueden explicar la transformación de la toquilla local y su actual vinculación con una indumentaria que está más relacionada con las celebraciones festivas, bien sean por la Sardina, por San Félix o por cualquier otro festejo vinculado con Candás y, por extensión, con el mar.

"Nuestra intención es recuperar la identidad, conocer la renovación del material y ahondar en la tradición de esta indumentaria popular de las mujeres, y para eso necesitamos un estudio profundo del asunto", explica la alcaldesa de Carreño. Apenas existe bibliografía que pueda explicar las incógnitas que rodean a la manta candasina, como su posible difusión en las vestimentas tradicionales de otras villas asturianas, añade Fernández.

El Ayuntamiento de Carreño organiza desde hace años un taller de extensión cultural que se dedica precisamente a la elaboración de mantas candasinas, es decir, que se centra exclusivamente en la manufactura y no en la investigación, de ahí que el Consistorio quiera dar un paso más allá y presentar un estudio riguroso sobre una de las señas de identidad locales.

En ese taller, que se desarrolla todas las semanas, un grupo de mujeres del concejo confecciona ese manto, de color negro y hecho a base de sedón. La prenda también recuerda a aquellas Muyeres de la Paxa que vendían el pescado tras largos viajes a pie en lugares como la plaza del Fontán de Oviedo.

La tradicional toquilla candasina pasó de ser una prenda utilizada para que las mujeres se resguardaran del frío a utilizarse incluso en los meses de verano. La pieza clásica candasina es de color negro, aunque en los últimos tiempos hay quien viste la prenda de otros colores y de pequeño tamaño. Eso sí, la prenda tradicional, la que se quiere investigar, es una pieza larga.

A partir de los años setenta, según fuentes consultadas, la pieza fue recuperada y en la actualidad forma parte del traje tradicional marinero que usan las mujeres y también las niñas en las fiestas tanto profanas como religiosas que se dan cita en Candás cada año.

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