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La Pola tuvo su Desenclavo

La tradición de la Semana Santa local, ahora recuperada, data al menos del siglo XVII y tenía tres cofradías "con mucho arraigo", según la estudiosa Marisalva Prieto

Lugar de Les Campes donde se recreaba el Desenclavo de Cristo. M. M.

Los polesos miran hacia su pasado para recuperar la tradición de los actos religiosos de Semana Santa. Los feligreses confían en que la lluvia no impida completar las 14 estaciones sobre la Pasión de Cristo, como sucedió el año pasado, cuando se recuperó la procesión de Viernes Santo con el Encuentro entre la Dolorosa y el Cristo de Santa Ana.

La vecina y estudiosa de la historia local Marisalva Prieto recuerda que Pola de Siero representaba el Desenclavo. De hecho, en la parroquia se conserva un Cristo con brazos articulados, que pudo protagonizar alguno de estos descensos de la Cruz. Junto a la imagen, se guarda una corona de espinas, pero no clavos.

La tradición oral cuenta que el Desenclavo de Jesús de la Cruz lo conmemoraban los polesos "al sur de la plaza de les Campes, muy cerca de donde estaban "Les Panerones del Marqués", hoy confitería del Buen Gusto y la Madreñería, donde los viernes se celebraba el mercado de la leña y corteza de roble para los curtidores", explica. Agrega que "muy cerca de aquí se ponía el monumento con el que corría la Fábrica (contabilidad) de la Iglesia". Se realizaba en Viernes Santo y la procesión del Santo Entierro discurría por Les Campes, aunque la actual del Encuentro va por la plaza de Cabo Noval. Pero entonces era conocido como el "pradón" porque no se urbanizó hasta finales del siglo XIX. Marisalva Prieto razona que en el siglo XVIII, las procesiones no podían pasar ni por zonas despobladas ni cerca de una ermita.

Esta vecina de la Pola conserva fotos de las procesiones de Jueves y Viernes Santo, tomadas en abril de 1898, aunque en el siglo XVII ya había tradición en la capital sierense de conmemorar la Pasión de Cristo con estas celebraciones religiosas. En la comitiva del Santo Entierro iban la Dolorosa -se conserva una imagen de esta Virgen en la iglesia- y donde se portaba a Jesús yaciente era, según el que fuera cronista oficial de Siero Fausto Vigil "una rica urna de plata meneses".

En la procesión del Jueves Santo salían la Dolorosa, el Nazareno y una cruz procesional del siglo XVII, recuerda Marisalva Prieto. Destacaba especialmente la imagen de San Juan porque tenía cabeza giratoria, que era accionada por un niño bajo el paso, como se puede observar en la foto de 1898 que conserva esta polesa. "Asustaba porque estabas contemplando al santo y de repente giraba la cabeza", recuerda Prieto. En la imagen también se aprecia el hombre con corneta, conocido como "bocina", que era un clásico en las procesiones de Semana Santa, periodo en el que no se podían tañir las campanas.

"Las imágenes que conocieron nuestros mayores fueron seriamente perjudicadas por el incendio sufrido en la iglesia el 4 de septiembre de 1936", explica Marisalva Prieto. Una vez apagado, se sacaron a la plaza del templo. "Fueron llevadas en el carro de una panadería existente a la salida de la Pola. Nada se supo del destino de tan bellas imágenes", afirma esta estudiosa de la historia local.

La presencia de varias cofradías penitenciales confirma que hay tradición procesional en Pola de Siero desde el siglo XVII, al menos. Hay constancia de la existencia de tres: de Los Mártires (se hacía cargo de los actos del Jueves Santo), de la Misericordia (también atendía el buen morir y dar sepultura al pobre) y la de la Soledad (Virgen conocida igualmente como Dolorosa). Marisalva Prieto destaca que las tres "tenían mucho arraigo", al igual que las procesiones de Semana Santa. Esta polesa se fija en un detalle: "tuvieron que ser muy famosas porque en la foto original trae escrito en la parte trasera 'Santo Entierro de Siero' y no de la Pola". Los feligreses, ahora, quieren recuperar parte de su pasado.

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