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MARIANO GRANULLAQUE DAPENA | Médico de cabecera en Pravia recién jubilado

"Al paciente no se le atiende en 5 minutos; soy peor que Scotland Yard a preguntas"

"El ajedrez y el mus me dieron la capacidad para mantener la apariencia y que la gente no se atemorice cuando hay casos graves"

Mariano Granullaque Dapena, ayer, ante el centro de salud de Pravia. S. ARIAS

Mariano Granullaque Dapena ha sido médico de atención primaria durante los últimos 36 años en Pravia siendo uno de los que más pacientes llevaba en cartera. Lleva quince días jubilado y asegura estar disfrutando mucho el descanso mental y físico. Los pacientes quisieron agradecerle su dedicación con una emotiva despedida el pasado domingo, que asegura no olvidará "jamás".

- Tiene fama, pero de la buena, de "tardón".

-(Ríe y asiente) Siempre le he dedicado a los pacientes el tiempo que era necesario y, a los que alguna vez me comentaban el retraso, que los he tenido de hasta cuatro horas, les explicaba el porqué. No se puede atender a un paciente en cinco minutos, podría hacerlo si viene con un dolor de rodilla y le doy Voltarén... Pero soy peor que Scotland Yard a preguntas.

- Desarrolló su carrera en Pravia, excepto unos meses en el Occidente, ¿qué balance hace de su ejercicio?

-Fue gratificante, trabajar muchos años en el mismo sitio te hace conocer muy bien a las personas y sus problemas y eso es una ventaja. Pero, por otra parte, está la desventaja emotiva del trato tan frecuente, durante tantos años. Algunas personas se marchan cuando no les toca, a otras las ves sufriendo mucho tiempo con sus altibajos y cuando terminan faltando, pues te entristece.

- ¿Se hace callo?

-Yo no. No me endurecido emocionalmente y me alegro de ser sensible a los problemas de las personas aunque los sufra. No me importa.

- Dicen que los médicos de cabecera son un poco psicólogos.

-La profesión tiene un componente emocional. Yo siempre le ponía la mano izquierda en el hombro al paciente para que no sea el fonendo lo único que siente, que notara también el lado humano. El paciente necesita el lado humano de la medicina para poder mejorar. Tuve una paciente que tuvo cáncer y vino al año, a los cinco, a los diez, a los veinte y hasta a los treinta porque necesitaba escuchar que estaba bien. Yo no me podía marchar sin tener la sensación de que había hecho lo que tenía que hacer. Soy consciente y lo siento de verdad que hayan tenido que esperar por mí, pero tenía que ser así, y ellos lo sabían. La gente se quejaba: "¡Pero mira Mariano..!", pero nadie se cambió de médico.

- ¿Echará de menos el ejercicio de la Medicina?

-Lógicamente sí, pero también he de decir que necesito descansar. Tantas horas de consulta, con concentración minuto a minuto en la que no puedes bajar la guardia, siempre hay que estar alerta. Es el estrés de una consulta.

- ¿Qué hará ahora?

-Dejar que mi cerebro descanse y no tener ninguna obligación. Quiero ordenar mi vida, normalizar las horas de sueño y tener tranquilidad después del agotamiento mental de la consulta. Practico pádel, pero paré hace año y medio porque me sentía muy cansado. Volveré. Han pasado dos semanas y ya me encuentro más descansado. Empiezo a despertar y tengo muchas aficiones, no me va a llegar el tiempo.

- ¿Cuáles?

-El pádel y el deporte en general, el ajedrez, el mus y leer. De hecho, el ajedrez y el mus me dieron la calma y la capacidad para mantener la apariencia y que el paciente no se atemorice cuando hay casos graves.

- ¿Cuáles son las principales afecciones que se tratan en un centro de salud como el praviano?

-En los países desarrollados lo que más se trata son enfermedades crónicas, cardiovasculares, respiratorias... Es decir, patologías crónicas. La población está envejeciendo y hay mucha patología crónica, es lógico. Empezamos a ver también que la esperanza de vida va mejorando, pero esto también crea más problemas de deterioro cognitivo. Hay medicinas muy buenas y tecnología muy buena para el corazón o los pulmones, pero para el cerebro lo tenemos mas difícil. El desgaste de neuronas no tiene reparo.

- Pravia cuenta con visitas de los especialistas del Hospital San Agustín para mejorar la prevención, ¿funciona?

-Claro, es muy importante. A lo largo de estos años tenemos cada vez más y mejor relación con nuestro hospital de referencia, donde todos los especialistas siempre han estado apoyándonos y ayudándonos, incluso dándonos algunos sus teléfonos personales y permitiéndonos siempre que durante la consulta les pudiéramos llamar en cualquier momento. Siempre han estado ahí. Es un beneficio enorme para el paciente y también para nosotros porque tenemos la oportunidad de aprender, de cambiar impresiones, de que las pruebas diagnósticas se lleven a cabo antes y de resolver más rápidamente los problemas de los pacientes. También trabajan infatigablemente los compañeros sanitarios en general del servicio de urgencias del hospital. Les estoy muy agradecido a todos.

- ¿Y el homenaje?

-Contento, emocionado y sorprendido por la asistencia de tantas personas que me demostraron tanto afecto. Fue totalmente espontáneo. Fue un día especial que jamás olvidaré y lo guardaré como el tesoro de mis recuerdos. Fue muy bonito.

- ¿Y con los compañeros?

-Fue muy emotivo también porque vinieron compañeros que habían trabajado hace muchos años. Fue una despedida habitual cuando alguien se marcha de un equipo, notaba la carga afectiva; me hizo sentir muy bien.

- Casi es alcalde de Pravia, cuando en 1991 se presentó con el PP.

-Fue una experiencia pero no es mi mundo. He tenido más que suficiente con mi profesión de médico. La política no es mi terreno.

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