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Siero, territorio festivo

Marcenado recupera las fiestas de Santa Cruz, interrumpidas en 2003

Melany Rodríguez, presidenta de la nueva asociación que impulsa las celebraciones, cumple así con una promesa a su abuelo, ya fallecido

Por la izquierda, Melany Rodríguez, Álvaro Rebollo, Vanessa Rodríguez, Armando Rodríguez y Aitana Rodríguez, en el campo de la iglesia de Marcenado. Manuel Noval Moro

La fiesta de Santa Cruz de Marcenado, nacida en los años sesenta, estaba muy arraigada en la parroquia sierense, pero, por distintas circunstancias, dejó de celebrarse en el año 2003. Antes, en los años ochenta, ya hubo otro paréntesis, tras el cual volvió otra vez a cobrar vida, y tal parecía que su interrupción, de nuevo, en 2003 estaba llamado a ser el definitivo. Pero no fue así. Y buena parte de la culpa de ello la ha tenido Melany Rodríguez, presidenta de la recién constituida Asociación Cultural y de Festejos "Santa Cruz de Marcenado".

Melany le había prometido a su abuelo que recuperaría las fiestas. Quería hacer algo por la gente del pueblo, que volviera a haber un acontecimiento con el que los vecinos se sintieran identificados. Por desgracia, su abuelo falleció antes de ver la fiesta restaurada. "Aun así, era lo que quería y me empeñé en hacerlo", dijo.

Pero no ha estado sola en el empeño. Junto a ella, forman la directiva Aitana Rodríguez, Álvaro Rebollo, Armando Rodríguez, José Ángel Gamonal, David Fernández y José Ángel Gamonal.

La f iesta nace con modestia, y con una vocación clara. "Queremos hacer una fiesta para el pueblo, para que disfrute la gente de aquí", explica la presidenta de la asociación.

Y su propuesta está cuajando entre los vecinos. La idea de recuperar la celebración y de volver a poner al pueblo en marcha ha tenido un gran respaldo. "La gente está colaborando muchísimo, nos están dando todo el apoyo que pueden", sostiene Álvaro Rebollo. Prueba de ello es que sacaron a la venta 4.000 euros de lotería pensando que les sería difícil venderla y las papeletas se agotaron en un abrir y cerrar de ojos. "Fuimos a venderlas por las casas y la gente nos las compraba de diez en diez; lo vendimos todo en el pueblo. También hicimos un sorteo de una televisión, con papeletas a un euro, y la gente compró muchísimo; hay mucha colaboración", relató Álvaro Rebollo.

La fiesta se celebrará los días 9 y 10 de diciembre, en un prado situado junto a la iglesia parroquial. Hasta ahora, la fiesta se celebraba o en el alto del Picu Castiellu o en La Braña, en la falda de la montaña, pero la nueva comisión es consciente de que, actualmente, es muy difícil llevarla allí, y han optado por hacerlo todo en la parte baja.

Su propuesta es una parrillada el sábado al mediodía, los casi obligatorios campeonatos de tute y parchís, y música por la noche. Y el domingo, la misa -que será en el prau de la fiesta o en la iglesia- y la procesión, y, finalmente, la comida campestre.

La modestia de la fiesta, o el hecho de que no se celebre en el alto, es lo de menos para la nueva comisión. Lo importante es que Marcenado vuelva a tener su fiesta, reflotar una celebración que dio muchas alegrias al pueblo en su día y de la que todos tienen muy buenos recuerdos.

Y la iniciativa también tiene que ver con el hecho que explicaba Armando Rodríguez de que "ahora la mayoría de la gente ya no vive aquí; queremos tener la oportunidad de juntarnos para pasarlo bien, aunque sea una vez al año". La asociación está en plena campaña de captación de socios puerta por puerta. Los socios también se pueden inscribir en el bar Aitamel, de El Berrón.

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