Hubo un tiempo en el que la denominación de la "capital asturiana del mueble" era inseparable de Lugones. Esta definición fue acuñada incluso en sus campañas publicitarias por el emblemático almacén Muebles Genji, que tenía la fama de haber sido el primero de grandes dimensiones de Asturias en abrir sus puertas, en 1948. Sin embargo, los propietarios tienen intención -tal y como ha recogido LA NUEVA ESPAÑA- de poner fin a casi siete décadas de actividad y tratar de alquilar las instalaciones a otro inversores, en lo que supone el tercer gran golpe para el sector en apenas un lustro.
Fue en el 2012 cuando la histórica fábrica de Muebles Campa, cuna de grandes profesionales desde sus comienzos en los años 20 del siglo pasado, anunció su trasladó a una nave industrial de Granda, abandonando sus amplias y céntricas instalaciones en Lugones, que hoy en día presentan una imagen desoladora tras fracasar los planes para el desarrollo urbanístico de la zona.
Cese de actividad al que se sumó tras tres décadas el de Muebles Heres, una compañía que llegó a amueblar 3.000 cocinas en doce meses, pero a la que la crisis de la construcción obligó a echar el cierre tras varios años en pérdidas que parecían interminables. "Si antes el consumo era cien, ahora es 25 y ese cuarto de demanda apenas tiene dinero y busca productos más baratos", destaca el fundador de Muebles Heres, Manuel Heres, que a día de hoy ve "imposible" recuperar la actividad alcanzada durante la época de vacas gordas. "Aunque haya algo de actividad y puedan surgir encargos, la gran competencia echa por tierra los precios y hace que la actividad no pueda ser rentable de ninguna manera", destaca el empresario mantiene dada de alta la empresa con pocas esperanzas por si la actividad remontase después de echar el cierre hace unos años.
Episodios todos ellos vividos por el incombustible cronista de Lugones, José Antonio Coppen, que asegura que la localidad pasó de tener una veintena de talleres y tiendas de muebles en el tercer cuarto del siglo XX de los que ahora apenas queda rastro. "Apenas hay un par de almacenes en el polígono Puente Nora y alguna tienda más pequeña", comenta un Coppen que no encuentra más respuesta a la caída del sector que los efectos de la depresión económica. "Al mueble de Lugones lo tumbó la fuerte crisis de la construcción y el auge de las grandes superficies del sector en las proximidades", dice en referencia a la existencia de varios comercios en el cercano centro comercial de Paredes y otros polígonos industriales del concejo.
Unas tesis que corroboran los mismos propietarios de Muebles Genji que ahora buscan seguir su camino por otros derroteros tras ver como su industria pasaba de tener hasta 25 trabajadores a los dos actuales que acompañan a los dos administradores. "Antes la gente estaba dispuesta a comprar muebles de calidad porque se hacía mucha vida en casa y se cuidaban más esos detalles", sostiene María Isabel Prado, al mismo tiempo que recuerda que las estadísticas hablan por sí solas. "Hay encuestas que dicen que sólo el uno por ciento de los españoles está dispuesto a hacer algún cambio en su casa", apunta.
Unos factores que no sólo repercuten en la pérdida de empleos y actividad económica local, sino que en algunos casos se han convertido en todo un problema urbanístico y de seguridad. Es el caso por ejemplo de la antigua y abandonada fábrica de Muebles Campa que actualmente se ha convertido en un vertedero ilegal en el centro de la villa o la vecina fábrica de Muebles Heres, cuya falta de actividad fue aprovechada en noviembre por los cacos para acceder al interior y robar materiales. "No tuvo mucho valor, pero es una lástima que provoquen estos destrozos", dijo en su día Manuel Heres.
