"Soy un aldeanu con mucho mundo". Así resume el empresario sierense, aunque nacido en Bimenes, José María González "Pocholo" el afán viajero que durante casi cuatro décadas le llevó a descubrir innumerables países de todo el planeta, cuyo recuerdo fue ilustrando con una colección de billetes de diferentes divisas que actualmente supera las 200 unidades.

A sus 74 años, Pocholo, nombre que le atribuyó su abuela paterna y por el que le conoce todo el mundo, encontró hace 44 su inspiración empresarial en el que sería su primer viaje al extranjero. "Fui a una feria e Bolonia con mi 124 sin saber si me llegaría el dinero para la gasolina y allí contacté con un catalán que me abrió un importante mercado", recuerda sobre lo que sería el punto de partida para su empresa de materiales de construcción que ahora regentan sus hijos.

Su constante dedicación y la de su mujer hizo que el negocio creciera y ello permitió que al menos durante unos días al año pudiesen escaparse y conocer mundo. "Mi primer viaje a América fue a Brasil y fue una auténtica pasada", explica un hombre que dice conocer todas las naciones del continente que descubrió Colón, pero que también visitó decenas de países europeos, africanos y asiáticos.

Unos desplazamientos que aprovechó para comenzar a coleccionar billetes que ahora tiene recopilados por bloques en diferentes expositores de las paredes de su casa. Paneles en los que pueden verse rostros conocidos como el del desaparecido Sadam Hussein, Mao Tse Tung, Gandhi u otros personajes de la historia política mundial que como es habitual fueron plasmados en la moneda local.

Todo un tesoro "con más valor sentimental que económico" que Pocholo reconoce que se vio ampliado por la colaboración de amigos y familiares. "En Australia no estuve, pero fue mi hija y realizó su aportación", comenta para luego añadir que buena parte de la moneda en papel de la Europa del este la consiguió a través del que fuera exentrenador del Real Oviedo y otros equipos como el Atlético de Madrid o o el Barcelona, el serbio Radomir Antic.

"A través del dueño de La Campana establecimos contacto y me ayudó con la causa", cuenta con gran pasión.

Colección que debido al paso de los años pegó un importante frenazo en su crecimiento. "Ahora ya no tengo edad para viajar como lo hacía, me conformo con ir a La Isla (Colunga) o Fuerteventura", relata el hombre que, no obstante, todavía recibió recientemente aportaciones en forma de billetes de naciones como Argelia o Israel y que también mantiene como recuerdo numerosas fotografías por rincones tan emblemáticos del mundo como el Taj Mahal de la India.