La percusionista Vanesa Muelas demostró ayer en la Pola que para tocar con arte no hace falta salir de la cocina de casa. Impartió en la sala de ensayos del auditorio de la Pola un taller de percusión con dos instrumentos tradicionales sacados de la cocina de casa: las cucharas y el almirez, o mortero de metal. Fue la clase magistral de la última jornada de la Semana del Folclore Astur organizada por el grupo folclórico y de investigación El Ventolín, en torno, precisamente, a los instrumentos tradicionales.

Vanesa Muelas enseñó numerosos ritmos populares de españa como jotas, seguiriyas o fandangos. Ya acompañada por las cucharas o por el almirez, cantó numerosas canciones a las que la percusión se amoldaba pefectamente.

Según la maestra, "la reina de la percusión de la cocina es la sartén, porque es la que se utiliza para el baile" y ella sola puede dar ritmo a la danza. Las cucharas y el almirez son instrumentos de acompañamiento, "quizá un poco más secundario".

En cualquier caso, la ventaja de impartir un taller con estos instrumentos es doble: por una parte, siempre son muy divertidos de tocar y visualmente están muy bien y, por otra, "la gente sale del taller tocando; no es como si das clases de pandero o de pandereta, que necesitan más tiempo y práctica". Efectivamente, los alumnos terminaron la clase sabiendo tocar -no a la altura de la maestra, porque eso no se puede pedir en tan poco tiempo- los ritmos que Vanesa Muelas les había enseñado. Y también un poco doloridos en las manos después de tanta práctica intensa.

La percusionista dijo que lleva desde los cuatro años escuchando música tradicional y que en los últimos años ha hecho mucho trabajo de campo, escuchando a gente mayor que conservaba la tradición de tocar instrumentos caseros. Asegura que se han hecho muchos trabajos de recuperación de este patrimonio musical, y que "actualmente está todo recogido".

Y lo mejor de todo es que la gente joven está incorporando cada vez más estos instrumentos a los grupos de música tradicional, que ganan con ellos vistosidad y ritmo. En el taller de ayer ya se ganaron unos cuantos adeptos en la Pola.