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Identifican un gen resistente al oídio, un "problema grave" para la faba asturiana

Los investigadores del Serida trabajan en una nueva variedad de la granja que además de resistir al patógeno supere los estándares de calidad

Juan José Ferreira y Ana Campa en los invernaderos del Serida en Villaviciosa. P. M.

Los investigadores en el programa de Genética Vegetal del Serida Ana Campa y Juan José Ferreira han identificado un gen que opone "resistencia total" al oídio, un patógeno que supone un "problema grave" para las plantaciones de faba en Asturias. Este avance es el resultado de cinco años de trabajo en los que Campa y Ferreira han realizado análisis genéticos clásicos, una investigación básica pero muy aplicable, pues el oídio puede acabar con el cincuenta por ciento de una plantación y además afecta a otras especies vegetales, como los rosales y las uvas.

La fase actual del estudio es la de introducir este gen en una variedad de faba de la granja y los primeros resultados son "bastante prometedores", describe Campa. Los investigadores esperan tener en un plazo de unos dos o tres años una variedad que sea resistente al patógeno, aunque todavía están en periodo de ensayos.

Aclaran, eso sí, que no se trata de un transgénico, ya que el gen se ha obtenido de otra variedad de judía. "Todo queda dentro de la especie", apunta Campa antes de poner como ejemplo que si se hubiera traído del maíz o el centeno sí se trataría de un transgénico. Lo que han hecho en el Serida es "mejora genética clásica, que se lleva haciendo inconscientemente desde que hay agricultura", expone la investigadora. La gran dificultad que tiene el patógeno contra el que luchan, el oídio, es "que se extiende muy rápido". Se trata de una especie de polvo blanco que se expande con el viento y se propone además como modelo de estudio frente al cambio climático, ya que se adapta muy bien a las condiciones ambientales cambiantes.

En las últimas campañas en Asturias se ha comprobado el creciente problema del oídio, agravado porque "hay muy pocos tratamientos para él", lamenta Campa al tiempo que describe que afecta a toda la planta, tanto a la vaina como a las hojas. La faba en la que ahora han introducido este gen "promete ser resistente. A ver si de verdad lo es y de verdad se trata de faba de la granja", explica la investigadora sobre las condiciones que deben darse antes de que concluyan la nueva y esperanzadora variedad. También será sometida al control de cata, porque además de buena y resistente "tiene que estar testada para que tenga los parámetros de calidad" como por ejemplo la piel. De lograrse, consideran que sería "un éxito" para el cultivo asturiano, aunque la última decisión sobre la variedad que siembra la tendrá el agricultor. "Lo importante es ofrecer un catálogo de variedades y que puedan elegir". concluye Campa.

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