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TONY CABAL | Premio "Pueblo de Lugones"

"Si Lugones progresó fue por la insistencia de los vecinos y no por la labor política"

"La situación de la música es similar a la de la sociedad, los cachés bajaron como lo hicieron los sueldos"

Tony Cabal, "El Pegu", junto a la Casa de Cultura de Lugones. LUCAS BLANCO

Antonio Cabal, más conocido como "Tony El Pegu", recibe esta tarde, a partir de las 19 horas, el premio "Pueblo de Lugones" en la Casa de la Cultura de la localidad. Un reconocimiento a toda una vida de 73 años de la que pasó y sigue pasando buena parte sobre los escenarios, deleitando con su voz. Chapista desde los 12 años, "por necesidad", hasta su jubilación a los 55, Cabal siempre tuvo un hueco para la música, así como para el ciclismo, contribuyendo de manera decisiva en la constitución del club local. En el plano artístico sigue en activo como miembro del "Dúo Clarín".

-¿Qué supone este premio para usted?

-Un tremendo orgullo. Jamás pensé que se acordaran de mí para algo como esto. Siempre suelo decir en tono jocoso que a mi edad ya he ganado todos los premios "Grammy" que tenía que ganar. Me pregunto qué hice para merecer este galardón y la única respuesta que encuentre es que hice lo que me llenó.

-¿Cuándo nace esa pasión por la música?

-Era pequeño y solía escuchar en la radio a Machín o Gardel. Luego empecé a trabajar como chapista siendo un crío y cantaba a todas horas. La gente lo sabía, y con 16 años, a través de unos amigos que trabajaban con mi padre en la fábrica de metales, se me ofreció integrarme en la orquesta "Iberia", con la que hice mis primeros bolos en fiestas y bailes.

-Y ya nunca se bajaría del escenario.

-No exactamente, puesto que después de un par de años lo dejé, tuve que hacer el servicio militar y hasta los 25 aproximadamente, que hice algún bolo en solitario, no volví a cantar. Luego llegaría ya la incorporación al "Trío Los Norteños", la etapa del "Trío Clarín" y la creación del Dúo Clarín hace 24 años.

-¿Cómo está el panorama de la música?

-El panorama es equiparable al del resto de la sociedad. Llegó la crisis y los cachés que eran de 6.000 euros pasaron a 1.200 u 800, al igual que ha ocurrido con los salarios medios. Algunos se hipotecaron para comprar escenarios y la devaluación del mercado les dejó en mala situación.

-¿Tiene tirón hoy en día su música?

-Siempre nos dedicamos especialmente a los boleros y a lo que ahora se llaman baladas. La época dorada era cuando nos contrataban para bodas, eventos y mucha fiesta privada. Ahora hay bastante demanda de los hogares del jubilado y centros de día, pero hay mucha cola para entrar porque el mercado es limitado.

-Usted se considera un lugonense de pura cepa.

-He de reconocer que nací en La Venta del Gallo (Llanera) de manera accidental, pero soy de Lugones de toda la vida. Siempre lo llevé con orgullo y fui muy reivindicativo a la hora de denunciar los agravios comparativos con la Pola. Soy muy localista y siempre que me dicen que soy de Siero trato de puntualizar: soy de Lugones. Siempre hemos estado muy abandonados.

-¿Cree que ese abandono continúa?

-Si algo ha progresado Lugones es por la insistencia del pueblo y no por méritos políticos. El problema con la fábrica de Mersa se resolvió por la movilización vecinal, las aceras se hicieron por iniciativas privadas y tenemos Casa de Cultura porque sólo faltaría que no la tuviésemos. Echo en falta más concienciación social para demandar lo que nos corresponde. Es incomprensible que una población como esta no tenga en los tiempos que corren una residencia de ancianos pública, como ocurre en otras localidades de la región.

-¿Qué le queda por hacer en esta vida?

-Tengo la asignatura pendiente de aprender a tocar un instrumento. Lo intenté con la guitarra y el órgano, pero por distintas circunstancias no tuve continuidad. Todo lo que se aprenda y se estudie es bueno y siempre tuve cierta envidia sana d de los vocalistas que también sabían tocar.

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