Pablo Pedregal es el Noé de "El Arca", el proyecto de la sociedad de pescadores "Las Mestas del Narcea" para repoblar los ríos asturianos con alevines de salmón mediante la reproducción en ciclo cerrado con ejemplares salvajes. En lo que va de temporada ha donado ya dos capturas, una de ellas un magnífico salmón de casi diez kilos de peso, y en los dos anteriores años cedió tres ejemplares. Grande o pequeño, Pedregal no se lo piensa dos veces y, si las condiciones son buenas para el traslado, los cede al proyecto, al que está muy vinculado: "Me da igual que pese diez que cuatro kilos si lo puedo donar... Creo en el proyecto, es una iniciativa de la que se puede sacar algo positivo".

Hace tres años, el colectivo de pescadores diseñó el proyecto "Arca" para recibir salmones salvajes y emplearlos en el ciclo de reproducción cerrado en otoño, cuando llega la época del desove, ante la cada vez menor llegada de ejemplares al río Narcea. El proceso es sencillo: inseminan con los machos las huevas de las hembras que después eclosionarán en las balsas de su centro ictiogénico de Quintana, dando lugar a miles de alevines que después serán soltados a los ríos para reforzar la especie. Al fin del ciclo se devuelven al río para que inicien un nuevo retorno al Narcea en dos años.

Y en esas está el pescador gijonés, pensando en la siguiente captura que donar. Aunque no siempre se puede. "Primero tienes que tener la suerte de pescarlo y, luego, que el sitio sea accesible para que llegue la cuba a recogerlo y que el salmón no esté cansado. Tiene que ser totalmente viable para tratar al pez con el máximo respeto", explica. Y es que cada vez que uno de los pescadores quiere ceder una captura debe llamar al centro ictiogénico para que otro de los socios se desplace con el vehículo a por el salmón.

Pedregal está totalmente volcado con la iniciativa y también participa en los trabajos de desove. Y no es de extrañar, casi podría decirse que nació con una caña debajo del brazo por la afición de su padre, José Manuel. Y esa, el amor por el río, es una de las principales razones que le llevan a ceder los ejemplares. Quiere ver el Narcea lleno de salmones. "Tenemos que ser conscientes de la realidad del río, pero es algo educacional y estamos en una fase de transición: las siguientes generaciones serán el cambio de mentalidad", opina.

Esa realidad que menta es que no hay salmones en el agua. Y lamenta que la administración regional y estatal no tome cartas en el asunto: "Rogamos ejemplares todos los años para hacer un trabajo que, en realidad, debería ser competencia suya. En cualquier país del mundo se estaría apoyando el proyecto 'Arca'", afirma. Y es que, a su juicio, la iniciativa surge por "la inactividad" del Principado de Asturias, que "no hace nada por fomentar la repoblación".

Pedregal también alude al beneficio que genera el ciclo reproductivo cerrado, ofreciendo una base genética de los salmones del Narcea en caso de un desastre natural en sus aguas. El pescador no observa más que beneficios en el proyecto "Arca" y, por ello, seguirá colaborando con donaciones a lo largo de la temporada, que se incrementa en mayo con la llegada masiva de los salmónidos. Pedregal seguirá donando porque "presta mucho, mucho más de lo que cabría esperar", concluye.