Dolores Villameriel es, además de la directora del Museo Antón, quizá la mayor conocedora de la vida y obra de Antonio Rodríguez García, más conocido por "Antón". "Antón transmitió en sus obras la especificidad de Candás y de Asturias, mostró la manera de vivir de Candás y reflejó la tipología de los personajes de este pueblo", indicó Villameriel en una charla sobre el artista con motivo del Día de los Museos. La directora desveló la vida del candasín fallecido en 1937 a los 26 años en Murias (Candamo), cerca de uno de los escenario de la Guerra Civil en Asturias.

Antón era autodidacta y ya en 1930 creó su obra "Arrapiezo dormido" y ganó el Concurso provincial de Trabajo en La Felguera, donde conoció al pintor Evaristo Valle, que era miembro del jurado. Pero los comienzos de Antón no fueron sencillos. Colaboraba con su padre, que era albañil, y en sus ratos libres esculpía. Apenas tenía recursos y fue entonces cuando el industrial Alfonso Albo se lo llevó a Madrid para hacer carrera.

"Allí contactó con críticos, fue ayudante de Juan Cristóbal y, poco a poco, se iba consagrando", destaca Villameriel, que subraya el papel del candasín que con tan corta edad había desarrollado piezas "impresionantes" en madera, mármol y piedra, entre otros materiales, y reflejaba su asturianía, que se observa en los nombres de las piezas -muchos de ellos en asturiano-". Las obras escultóricas que se conservan en Candás fueron realizadas durante los veranos y en ellas plasma temas populares y señas de identidad de la villa marinera. "Señá Isabel" es una pieza que muestra una labradora, "Romería" expresa su etapa folclorista, "Mi güela" es la antítesis de la belleza de la juventud, y "Marinera", "Maruja" y "Maruxa" fueron otras de las piezas recordadas por Villameriel.