"Los autocaravanistas somos una gran familia". Más de un centenar de aficionados a esta modalidad turística tomaron la villa moscona durante este fin de semana con motivo de una concentración organizada por Club Autocaravanista del Principado de Asturias (CAPA), y que con ésta cumple su segunda edición. Los participantes destacaron "el buen ambiente" de la cita y el apoyo del Ayuntamiento para una práctica que, aseguran, "está en auge".

"La experiencia en Grado siempre es buena. Es un concejo que nos acoge muy bien, por lo que nosotros venimos encantados", asegura el gijonés Alfonso Sánchez, sobre un comportamiento que, asegura, no es extensible a todos los ayuntamientos de España. "Aunque la ley nos permite pernoctar en cualquier lugar, hay Consistorios que prohiben esta práctica, y no entiendo por qué", cuestiona Sánchez, que acudió a la cita acompañado de su mujer, Delia Llano.

Y es que a ojos del gijonés, los autocaravanistas están estigmatizados como turistas "de segunda"; una etiqueta que, afirma, "está lejos de ser real". "Cada vehículo tiene un precio mínimo de 60.000 euros. Eso ya denota que somos personas con un poder de adquisición medio-alto", argumenta este jubilado que, además. valora que cuando viajan, los autocaravanistas "consumen, y mucho, en esas localidades".

El turismo en autocaravana es, según los que lo practican, "una experiencia muy buena desde que se prueba". Éste es el caso de la familia leonesa Diez-Riesco, que también aprovechó el fin de semana en Grado para disfrutar de un fin de semana en familia.

"Disfrutamos mucho y lo pasamos muy bien, sobre todo los pequeños", cuenta José Antonio Diez, en alusión a sus hijos Lidia y David. "Se trata de una forma de viajar muy sana para los pequeños, porque están en contacto con otros críos en un ambiente muy cordial y familiar como es el de los autocaravanistas", sostiene el leonés que se introdujo hace dos años en el mundillo y que, ahora, tiene claro que "no lo cambia por nada".