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Mano rusa para la fresa de Candamo

Dionis Markov se suma este año al festival de Grullos, tras apostar fuerte por su cultivo frutero: "Hay cuatro veces más demanda que oferta"

Dionis Markov, con sus fresas, en San Román. SARA ARIAS

Incluso antes de convertirse en productor de fresa, ya soñaba con Candamo. Dionis Markov, un joven ruso de 31 años, se estrena en el Festival de la Fresa de Candamo hoy con una selección de los mejores frutos de su plantación de San Román, con los que espera hacerse un hueco entre los productores locales. Una historia de amor entre Markov y el concejo candamín que tiene en el fruto emblemático del concejo su nexo de unión: "Me gustaría acabar mi vida aquí, voy a estar ahí sentado con una boina".

Markov llegó a España con su padre en 1999 y se establecieron en Barcelona, donde el cabeza de familia comenzó a trabajar mientras sus hijos estudiaban. Markov estudió maestría en electromecánica, a lo que se dedica profesionalmente. Pero la ciudad era un batiburrillo insoportable para él y buscó por internet un lugar tranquilo y bonito donde poder vivir. Y ahí salió Candamo y se produjo el flechazo: "Quería naturaleza y verde y un clima algo parecido al que tenemos allí, somos de cerca de Moscú".

Durante meses, estuvo haciendo viajes en autobús entre Cataluña y Asturias en busca de una finca hasta que la encontró en San Román, junto al río y el puente ferroviario entre Aces y el pueblo. Una suerte de vega donde ahora crecen sus fresas. En un primer momento hizo unos bancales para autoconsumo, pero "comemos mucho", apunta con humor. Además, Markov trabaja en unos talleres de Gijón, donde comenzó a llevar cajas de fresa a sus compañeros que adquiría entre los productores del concejo.

"Pero se enfadaban, la fresa se acababa y no me creían y querían más y más; una vez tuve que grabar a una productora con el móvil para que me creyesen en el trabajo". Esa situación le animó a aumentar su plantación de fresas y ponerse a vender ya que, según su estimación, hay cuatro veces más demanda que oferta. Llamó a su amigo José Ramón Fernández, que tiene un vivero, y le compró unas cuantas plantas con las que amplió su producción: "Tiramos la casa por la ventana y lo invertimos todo". Pero ni con ésas: aumentó y sigue teniendo demanda.

Un cultivo ecológico y combinado con kiwis, a los que sumó unas colmenas de abejas para favorecer la polinización de los frutos, es lo que tiene entre manos. "Estas fresas sólo necesitan agua de río y de la lluvia y cuchu", subraya. Un abono que le ha dejado ojiplático, pues lo estima muy caro. "Un remolque son 140 euros... Un día trajeron veinte remolques", comenta entre carcajadas.

Su padre, Ivan Markov, le ayuda siempre que puede, sobre todo en estos meses de campaña. Y será el quien vigile las fresas durante la próxima semana ya que Markov hijo tiene un viaje de trabajo a Kazajistán esta misma noche. Pero nada impedirá que este joven ruso vuelva a su finca candamina, donde se siente como en ningún otro sitio del mundo y donde tiene su felicidad. Ya lo avisa: será vecino de Candamo por siempre. Ahora sólo tiene que comprar la boina.

Los puestos del Festival de la Fresa de Candamo abren en Grullos a las diez de esta mañana. Será el momento de admirar los expositores y también de comprar fruta. La asociación de vecinos venderá cajas, bien al natural o preparadas con nata.

La Banda de Gaitas "Conceyu Candamu" animará con un pasacalles los puestos y la feria de artesanía. A mediodía será la entrega de premios y luego llegará toda una tarde de fiesta en la carpa con parrillada y las orquestas "Assia" y "Saudade" y el grupo "Ideas".

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