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La Pola | Maravillas del mercado

La guinda, la más deseada

El kilo se dispara a entre 7 y 10 euros por la escasez, que hace que vuele de los puestos Se compra, sobre todo, para elaborar el tradicional anís

Beli Muñiz ofrece un puñado de cerezas tras agotar las guindas. M.M.

"La guinda está muy buscada porque hay escasez", reconoce la agricultora Beli Muñiz, que vende en Pola de Siero. "Este año hay poca", destaca y echa en falta más lluvia para "que tuviera más tamaño". La guinda, en plena temporada, se ha convertido en un objeto de deseo.

De hecho, bien temprano, Beli Muñiz ya había terminado todas las existencias, mientras sí le quedaban cerezas. Ella vendió ayer las primeras a 7 euros el kilo, pero en algunos puestos se llegó a pedir hasta 10 euros por cada kilo de guinda. "No me duraron nada, a las diez de la mañana ya no tenía", reconoce. El año pasado y el anterior a penas hubo cosecha de esta fruta. Se queja de que la escasez de agua no favoreció el tamaño de la guinda, además, "los pájaros se las comen", dando al traste con una buena y abundante recolección.

Su principal uso es elaborar el tradicional anís con guinda, pues no es un producto para comer al natural por su agrio sabor. "Es todo lo contrario a la cereza", matiza Beli Muñiz. Por eso, quienes más demandan esta fruta son las personas mayores, que siguen con la tradición de preparar anís con guinda en casa, de forma artesanal. Las generaciones jóvenes no tienen ya la misma afición por esta bebida apreciada por los de más edad. Por lo que "la guinda, este año está siendo muy buscada" por la escasez de la producción, insiste esta agricultora.

La cereza también está en plena temporada. Es el mejor momento para comer esta sabrosa fruta. Pero ésta no sufre la escasez de su prima la guinda porque "tiene más competencia" con las cerezas que vienen de fuera de Asturias, algo que no ocurre con la guinda. "Hay más", argumenta Muñiz. De hecho, cotizan también más barato, pues ayer en el mercado de Pola de Siero se podían encontrar a tres euros, precio al que las venía esta agricultora.

Las cerezas son más apetecibles para comer al natural y también son más consumidas que las guindas, pero éstas -más pequeñas, brillantes, agrias y ácidas- presumen de ser más caras y valoradas porque escasean. Son muy preciadas para engrandecer el anís, que suele estar presente en la mayoría de las viviendas de la zona rural asturiana en las familias de más edad. Se le atribuyen propiedades como ser diurética, astringente, expectorante, beneficiosa frente a la gota y la hipertensión.

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