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"Se jugó con nuestra seguridad", afirma la familia que denuncia a la alcaldesa de Noreña

Amparo Antuña eludió concretar al juez las actuaciones que realizó en dos años para desalojar a los "Ángeles del Infierno", relata Lucía Quirós

Lucía Quirós. MARIOLA MENÉNDEZ

La alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, afirmó antes de declarar en el Juzgado de Pola de Siero como investigada por un presunto delito de prevaricación administrativa por omisión que "el Ayuntamiento de Noreña no tiene nada que ocultar" y que llegaba dispuesta a contestar a todas las preguntas del magistrado sobre el caso de los "Ángeles del Infierno". Pero Lucía Quirós le afea que no fuera así. Es hija del exregidor Aurelio Quirós y esposa del denunciante. Llevan años sufriendo la presencia de esta organización frente a su casa, sin que el Ayuntamiento haya hecho nada, lamentan.

La afectada critica que tanto Antuña, como el edil de Seguridad Ciudadana, Pelayo Suárez, que también declaró, "eludieran responder preguntas comprometidas, sobre todo, ocupando un cargo público". Por ejemplo, destaca que la alcaldesa no quiso concretar cuáles fueron las actuaciones administrativas durante los años 2015 y 2016 desarrolladas por los "Ángeles del Infierno", en el local, ubicado en la Felguera de Noreña.

Lucía Quirós demuestra, con el documento en la mano, que fue el 9 de junio, justo después de que LA NUEVA ESPAÑA publicara que la regidora tendría que declarar en calidad de investigada, cuando Antuña decretó el cierre del local. Eso, señala Quirós, "a pesar de que al periódico le señaló que como alcaldesa no tenía ninguna potestad". Sin embargo, "al día siguiente, con total intencionalidad, decreta la clausura", destaca.

Lucía Quirós argumenta que no llegó a realizar quejas por escrito porque la alcaldesa le prometió que "iba a hacer todo lo posible e, incluso, afirmó que no la recibían en Delegación de Gobierno" para que cesaran las molestias que esta familia dice venir sufriendo desde que los "Ángeles del Infierno" se instalaron frente a su vivienda.

Recuerda que en noviembre del año pasado se produjeron varias detenciones, algunas en Noreña, de miembros de esta organización, "donde incautaron droga y armas". Era frecuente que la Guardia Civil realizara "férreos controles, metralleta en mano" en la zona, coincidiendo con alguna de sus fiestas.

La afectada insiste en que los agravios que llevan sufriendo desde hace años van más allá de los ruidos. Asegura que en alguna ocasión llegaron a pasar miedo. "Se jugó con nuestra seguridad y eso no me parece lícito de un responsable municipal", lamenta Quirós, ante la que considera pasividad de la Alcaldesa.

Por eso tampoco entiende que el Jefe de la Policía Local de Noreña, Eduardo García, dijera al juez que no existió peligro para la vida o integridad del denunciante y su familia como consecuencia de la presencia de los "Ángeles del Infierno" cerca de la vivienda familiar en La Felguera de Noreña.

"¿Cómo puede decir eso de una banda organizada acusada de colaborar con organización criminal a la que se le incautaron armas y drogas?", plantea Quirós, asegurando que "esto en el centro de Noreña no pasa".

También deja claro que el que no haya más denuncias vecinales "no significa que no sea un delito", porque "no es fácil denunciar. Nosotros temimos represalias", dice. En diciembre la familia empezó a requerir documentación sobre permisos y licencias de las actividades de la organización.

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