La falta de hostias suficientes para la comunión dejó perplejos a una docena de feligreses que acudieron el domingo a la celebración del Corpus en la parroquia de Careñes, en Villaviciosa. La sorpresa fue mayúscula cuando, al levantarse para comulgar, la mitad aproximada de la fila que se formó tuvo que dar la vuelta y sentarse de nuevo en el banco sin haber tomado el trozo de pan ácimo que, previamente consagrado, es entregado a los cristianos en el sacramento de la Comunión.
La inmensa mayoría de la feligresía se mostró comprensiva con el párroco que sustituía a Manuel Robles, el titular de la parroquia, pues era una persona mayor y la afluencia de público debió desbordar sus previsiones. Robles, por su parte, se encontraba en ese momento oficiando la misa en la iglesia de Castiello de la Marina, el domingo de fiesta por San Juan.
Se da la circunstancia de que estos festejos se adelantaron una semana para no coincidir con los de Amandi, celebrándose el mismo día que el Corpus de Careñes y motivando la necesidad del sustituto. "Es una persona mayor, hay que entenderlo", señalaron ayer varios vecinos, que empatizaron con el sacerdote y que también destacaron que Robles lleva "un montón de parroquias, con fiestas el mismo día. Sería injusto cargar tintas". Hubo quien, también en tono cariñoso, comentó que apenas se le oía por el bajo tono de voz con el que entonó la misa y debido a que en Careñes no hay megafonía. Con todo, no faltó quien se sintió molesto por haberse quedado sin tomar la Comunión, aunque la fiesta del Corpus prosiguió con normalidad, con la procesión, el acompañamiento del gaitero y la comprensión de la mayoría de los vecinos de Careñes.
