Juanjo Pulgar (Llanera, 1955) es el responsable de calidad del laboratorio de sidras del Serida en Villaviciosa, institución pública en la que lleva 33 años. Preside el Ateneo Obrero, del que forma parte desde que llegó al concejo.
- ¿Cómo describe el momento actual del Ateneo?
-Nos encontramos con una consolidación de 850 socios más o menos que se generan básicamente por una actividad formativa muy potente: tenemos casi 400 alumnos. Todo redunda en que disponemos de más recursos y al ser más personas en la directiva actual nos podemos repartir las tareas. Tenemos unos presupuestos en torno a 30.000 euros, ha sido un salto cuantitativo muy importante que tiene que corresponderse con la cualitativa, en las actividades. Tenemos los programas Diálogos del Ateneo, el programa de igualdad y el Patio del Ateneo, en el que desarrollamos actividades musicales y teatrales. Las de este año son más potentes y habrá que cobrar una pequeña entrada, diferente para los socios y quienes no lo sean. El esfuerzo inversor que tendremos que hacer se aleja de lo que tuvimos otros años con las actuaciones de Pancho Varona y "Petit Pop".
- ¿Qué buscan los Diálogos del Ateneo?
-Tratamos de desarrollar actividades que empoderen a la sociedad civil: transferir información, debatir, analizar aquellas cuestiones de interés. Para que la sociedad civil madure y pueda desarrollar actividades y proyectos por sí misma, sin que tengan que venir agrupaciones, políticas o no políticas, a solucionar los problemas de la gente.
- ¿Qué relación tienen con otros colectivos locales?
-Somos una sociedad absolutamente abierta a poder aportar recursos humanos y materiales en aquellos proyectos de otras asociaciones o agrupaciones de personas que tengan nodos, puntos de encuentro con nosotros. Sería absolutamente deseable que pasara, pues creemos que la mejor manera de lograr objetivos comunes es que haya colaboración. Hacerlo de manera aislada y sin interacción es una pérdida de eficiencia manifiesta.
- Uno de los frentes más intensos de los últimos años ha sido el de la propiedad del edificio que tienen, ¿cómo está la cuestión?
-El Ateneo nace en 1911 y el edificio se construye en 1920 por sufragio popular y con la cesión de la finca por parte de su dueño. Funciona como sede hasta que llega la Guerra Civil. Durante el Franquismo quedó en manos del Estado y cuando llega la democracia está dentro del patrimonio sindical, cuando nada tenía que ver, pues se desarrollaban actividades culturales. El Ministerio de Trabajo ha sido el dueño hasta hace cuatro días. Los compañeros que nos precedieron en la directiva pelearon porque se devolviera el edificio a la sociedad Ateneo, pero fue inútil e imposible. Finalmente negociamos con el ministerio y el Ayuntamiento y el edificio pasó a manos del segundo. Estamos intentando desde hace tiempo, con el gobierno local del PP y ahora con el PSOE, buscar el procedimiento administrativo de concesión más adecuado para tener una resolución de concesión a largo plazo que permita cumplir con los fines de sociedad Ateneo, ser los gestores por un periodo que nosotros estimamos en 75 años. Nos daríamos por satisfechos y podríamos cerrar este periodo problemático. La voluntad por solucionar las cosas es innegable, tanto de este equipo de gobierno como del anterior.
- ¿Está el espacio físico tan abierto a la sociedad local como el Ateneo?
-Nuestro espíritu está abierto a poder integrar proyectos que estén en línea de nuestros objetivos, son equipamientos al servicio de la sociedad. Van a ser utilizados para desarrollar actividades que tengan proyección e interés general. Nosotros aspiramos por historia a ser los gestores, pero el Ayuntamiento es el dueño del edificio y está muy interesado en potenciarlo. Están viendo que el uso que se le está dando es muy correcto, con un montón de actividades, las posibilidades son inmensas. Lo que se concierte con el Ayuntamiento tendrá que quedar regulado para que se utilice correctamente y cumpla con los objetivos que se persiguen.
