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La Pola | Maravillas del mercado

La huerta resiste al tiempo loco

El fuerte aire de la semana pasada tumbó plantas de fabes y maíz y los cambios bruscos de temperatura afectaron a los cultivos

Conchi González, ayer, comprando en el puesto de Paula Cristóbal. MARIOLA MENÉNDEZ

El mal tiempo de la semana pasada trastocó la huerta. Sobre todo, el viento se cebó con el maíz y la faba, porque echó abajo las plantas. Algunos agricultores tratan de recuperarlas y volver a engancharlas a los tutores para lograr que sigan creciendo, otros han tenido menos suerte y no les quedará más remedio que volver a plantar, aunque ya sea un poco tarde.

"El viento afectó a fabes e invernaderos", reconoce el agricultor Miguel Pernas, que vende en el mercado de los martes de Pola de Siero. Explica que el miércoles pasado "hizo mucho calor y viento de repente", tanto que llegaron a alcanzar hasta los 40 grados en el invernadero, sin poder abrirlo para evitar los efectos del viento. Pero así todo, cree que este está siendo un "buen año" por la alternancia de sol y lluvia. "El agua fue buena y está el huerto verde", apuntó.

En su puesto, Juan Nicieza, vecino de El Berrón, que también tiene huerta, explica que el viento "tiró les fabes, que ya estaban empezando a subir". Comenta que trató de arreglarlas, aunque cayó mucha hoja y hasta tiró el "biltu". Indica que es la parte de la planta a través de la que se va enroscando en los tutores. "Tendré que volver a echar...", se resigna Nicieza, que coincide con Miguel Pernas en que está siendo una buena temporada para la huerta. Por ejemplo, destaca que "hay buena patata, la hay buena". Así que tiene esperanza de que pueda lograr aún las plantas de alubias.

Paula Cristóbal es agricultora de Sariego y en el concejo vecino también pegó fuerte el viento, haciendo de las suyas en la huerta. "Tiró mucho el aire: fabes, maíz, rompió calabacín, pimientos, acelgas, cebollas, y hasta tumbó algún ciruelar que estaba cargado", resume. Como las plantas de fabes y maíz tenían mayor tamaño resultaron más afectadas. Ya estaban en flor. "Yo creo que está perdido", lamenta. Pero no se resigna y tratará de "intentar sembrarlas otra vez, aunque sea un poco tarde". El resto de cultivos, que no habían crecido tanto, aún pueden salvarse. Al menos, es lo que espera Paula Cristóbal.

Además, estos cambios de temperatura tan bruscos de días atrás están igualmente perjudicando a los cultivos. "No saben en qué tiempo están porque pasamos de tener 35 grados a llegar a 10 por la noche", argumenta. Por ejemplo, empezaron a espigar (tirar la flor) las acelgas, lechugas o espinacas, y las gallinas hasta dejaron de poner. Mucha fruta que estaba madurando pudrió, comenta Cristóbal. Además, "les vaines (judías verdes), con mucho calor tienden a granar enseguida", lo que significa que echan la faba antes de tiempo.

En resumen, "estas dos semanas fueron de locos", entre el viento, que se cebó especialmente con fabes y maíz, y los cambios tan bruscos de temperatura. Unos días el mercurio del termómetro se dispara y otros baja de golpe.

A pesar de las inclemencias del tiempo, a las que los cultivos no son ajenos, los agricultores destacan que está siendo una buena campaña para la huerta, donde ya están empezando a recoger los primeros frutos del verano. Es la época de mayor auge en la tierra, cuando brotan la mayoría de las verduras y hortalizas.

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