"Los mayores estamos un poco cansados y estamos luchando contra los gigantes, la SGAE, el botellón... pero lo que más preocupa es el relevo". Habla Pedro Caballero, vicepresidente de la comisión de festejos de Perlora, que lleva 17 años al frente de la directiva. Antonio Bueno, al que todos llaman "Papi", de 73 años, lleva dos décadas en la asociación. Ambos estaban ayer al pie del cañón con los preparativos de las fiestas de Perlora, que comienzan esta noche y que no dejarán morir pese a las trabas que se han encontrado en los últimos años.
Este colectivo está en juicio con la SGAE y eso hace peligrar el futuro de la fiesta porque la sociedad de autores les reclama 12.000 euros y ellos consideran que esa cantidad es menor. "Sabemos que tenemos que pagar, pero pagamos en función de lo que tengamos, como ocurre con la viñeta del coche", destacó el vicepresidente de la Comisión de Festejos, que ve en el botellón el peor de los males de las fiestas de prao. "Es un cáncer. Y lo que muchos no saben es que sin el dinero de la barra no podemos pagar las orquestas", destaca. "Hay que empujar a la juventud, yo estoy cascao", añade Papi, que insiste en que la bebida que se vende en la barra es barata: "Tenemos precios de bar: cerveza a dos euros y sidra a 2,50". Y lo peor del botellón es que no es solo una cuestión de jóvenes. "Los hay de cuarenta y pico y con buenos puestos", añaden.
La colaboración de los jóvenes del pueblo durante los días de fiesta, afirman, es muy positiva. "Sin embargo, esto lleva tiempo, yo llevo tres meses liao con las fiestas, que si llama a uno, a otro", destaca Caballero, que confiesa que abandonará la directiva este año tras el fin de las fiestas "por cansancio" y porque los jóvenes tienen que sumarse y mantener viva la celebración, que a su juicio, es una de las mejores de Asturias. Lo que sí es cierto es que es de las más numerosas de la costa central asturiana. Eso sí, Caballero no dejará de colaborar y Papi tampoco, que pese a las trabas de la SGAE y del botellón, piden más compromiso juvenil para volver a levantar las fiestas.
