Con una exposición a "cualquier fuente de calor extremo" hay vasodilatación, la glucosa que llega a los tejidos periféricos es mayor y el enfermo de diabetes corre riesgo de hipoglucemia. Jéssica Ares, endocrinóloga del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), explica así la reacción del organismo de un paciente con esta enfermedad en situaciones como una lámpara de rayos UVA, una ola de calor o una sauna, instalación en la que fue encontrado sin vida el maliayés Francisco Montes, enfermo de diabetes.

Será la autopsia la que aclare las circunstancias en que se produjo su fallecimiento, pero la especialista describe la secuencia: el calor produce vasodilatación, el flujo de glucosa es mayor y la absorción de insulina también. "Antes de la exposición al calor hay que conocer la glucemia capilar, de qué nivel se parte, cuánto tiempo se va a estar y, si hay medicación, cuánta insulina le queda circulante", expone Ares antes de aclarar que la sauna también tiene beneficios para un enfermo de diabetes: "Es una forma de eliminación de toxinas, ayuda a incrementar la sudoración y a eliminar líquidos", apunta, antes de hacer referencia a los dispositivos que en la actualidad "ayudan mucho a la medición continua de la glucosa insterticial".

Los mayores problemas de "inestabilidad glucémica" los tienen los diabéticos tipo 1, quienes padecen la enfermedad desde pequeños. La hipoglucemia grave en la que puede desembocar la exposición a una fuente de calor extremo sin regular los niveles de glucosa e insulina puede conducir a la muerte. "Es una de las cosas sobre las que alertamos a los pacientes", señala Ares. La hipoglucemia grave es aquella en la que el enfermo "necesita ayuda exógena para recuperarse" y volver a un estado consciente, esto es, que alguien le administre glucosa o le ayude a recuperar la conciencia para que se la administre él mismo. Mayor gravedad reviste el coma hipoglucémico, para el que hay que tomar otras medidas.

El glucagón es una hormona que se produce en el páncreas y su principal función es aumentar los niveles de glucosa en sangre. "Se utiliza para que los familiares, en situaciones de coma o hipoglucemia grave, puedan administrarla, ya que, si hay pérdida de conciencia, la persona no puede tragar la glucosa", detalla la endocrinóloga, antes de deducir que "si nadie se da cuenta de que la persona está en hipoglucemia, y nadie le administra glucagón, no llega glucosa a los tejidos y el organismo acaba por paralizarse", pues los órganos importantes, como el corazón y el cerebro, la necesitan para funcionar.