Siero rinde tributo a la memoria de los que fueron tirados a la fosa en la que se convirtió el pozo minero Tartiere, en La Secadiella (Lieres), colocando un monolito con una placa que les recuerda. Ludivino Díaz González es el nieto de la única víctima identificada. Fue perseguido por sus ideas de izquierdas. Se escondía en un hueco bajo un hórreo en Aramil, pero fue delatado por un vecino y lo detuvieron. No se supo más de él hasta que una mujer confesó haber visto -escondida- golpes, gritos y que le empujaron vivo al pozo. Se encontró un zapato rojo como los que llevaba Enrique Díaz. Su nieto Enrique Díaz toco una marcha fúnebre a la gaita, informa M. M.