A los polesos, en general, no les gustan las camisetas oficiales del Carmín. Apoyan el lema que se ha insertado en ellas, "No a la violencia de género", pero no a todos les convence que este mensaje reivindicativo se lleve en una prenda festiva, y muchos hubieran preferido alguna alusión a la celebración. Pero lo que rechazan casi todos es el diseño.
"No me preocupa lo más mínimo", apunta el presidente de la Sociedad de Festejos, Jenaro Soto, acostumbrado a las críticas. Señala que cuando se organizan actividades como unas fiestas siempre hay personas que se manifiestan en contra de alguna cuestión.
"Las camisetas son de preescolar, horribles", apunta la polesa María Tavira, a la no le gusta "ni el diseño ni el tipo de letra porque parece hecha por un niño de preescolar". Cree que "el mensaje está bien", aunque hubiera preferido que hiciera alusión a algún aspecto del festejo. No le encaja demasiado para un lunes de Carmín. Pero lo que Tavira lamenta es que no se hayan esmerado más en este sentido porque "es la Pola, no un pueblín", y como tal cree que sus vecinos se merecen poder lucir el día de una de las fiestas grandes de su localidad una camiseta bien guapa.
Unos metros más allá, Rita Domínguez da su opinión a la salida de la peluquería en la popular plaza de Les Campes. "Hubiera puesto la parte de atrás delante", apunta. Es decir, la frase "Carmín 2017" luciendo en el pecho. "Y el mensaje no lo hubiera puesto", asegura, a la par que matiza que "nos estamos comparando con los Sanfermines y no veo relación entre la violencia y estas fiestas".
La polémica de las camisetas llega hasta la peluquería, donde se convierte en tema de conversación. Verónica Fernández Gayo comenta, mientras le corta el pelo a Pilar Fernández, que "podían haber hecho un diseño más esmerado". "No me da más. El mensaje está bien, pero no se esmeraron mucho con el diseño", insiste.
Al lado, María José Forcelledo le hace la manicura a la clienta. "La camiseta es un poco sosa", sostiene y, aunque comparte el fondo del lema, cree que hubiera sido más adecuado "un mensaje relacionado con las fiestas o con la Pola". aunque no por ello deja de ver bien que se apoye una causa justa. "Por poner 'no a la violencia de género' no lo va a solucionar", reflexiona. Mientras, Pilar Fernández, que deja que la acicalen en la peluquería, comenta que tampoco le gusta. "Tendría que llevar anuncios comerciales, para que así paguen las camisetas", propone.
También en la plaza de Les Campes, Charo Hevia opina que le gustaron más las del año pasado, aunque asegura "no están feas y me gusta el mensaje".
Redes sociales
Como cada vez ocurre más, la polémica que está en la calle salta pronto, casi de forma inmediata, a las redes sociales. A la mayoría no le gusta el diseño de las camisetas y tampoco les convence que las letras sean rojas. Echan en falta que sean azules, un color que vinculan a la Pola. No obstante, Jenaro Soto explica que no es así. "El color oficial es verde", matiza, "no el azul, que sólo es el pantalón oficial del Carmín", que se viste con camisa o camiseta blanca.
Pero aunque el modelo de esta edición no guste, no quitará que los polesos la vistan el día del Carmín, una de sus grandes fiestas, tanto, que es conocida como la romería de Asturias. Se puede comprar en la caseta situada en la plaza Argüelles por 6 euros. Aquí también venden los pañuelos, que sí son azules, a 4 euros.
