La huerta de Carreño es de calidad. Eso sí, utilizando para ello abonos naturales, el cucho de toda la vida, como insiste Ovidio Fernández, que "mima" les fabes que, sobre todo, atiende su mujer Mari Paz Ordieres, que recibió el premio a las mejores alubias. Víctor Valdés "Santos" cultiva ciruelas, limones, calabacines y cebollas "de verdad, de casa" y recibió por ello el segundo premio al lote de productos del concurso agroalimentario de El Valle. Manuel Andrés Fernández y Fini Álvarez también trabajan la huerta y presumen que la tierra de Carreño es especial. "Los tomates saben a tomate y no a plástico", explica Álvarez mientras admira las joyas alimentarias en la exposición situada junto a la carpa de las fiestas.

Al pequeño Noe Calabaza, de El Montico le encanta la comida, eso sí, nada de tomates en su dieta, aunque fueran de casa. "Aquí hay fréjoles", señala. El jurado del concurso entregará hoy los premios a los mejores lotes, que fueron a parar a María Teresa López, Montse Vega, Víctor Valdés, Conchi García y Ángel Martín. Las mejores conservas y licores del certamen fueron las elaboradas por Bea García. El galardón a la flor cortada fue para Aurora López, y el de flor viva y plantas para Antón Rodríguez. El mejor cultivo bajo abrigo de Carreño es el de Josefina Márquez. Marino Muñiz se llevó el premio al mejor lote de pequeños frutos y las hermanas Fernández, Isabel e Inés, se hicieron con la distinción a la mejor presentación del concurso de calidad de la huerta carreñense.