Santa Marina celebró durante décadas sus fiestas con mucha aceptación hasta que, por una u otra razón, se dejaron de organizar en el año 1990. Así siguió durante toda la década hasta que un grupo de jóvenes, la mayoría con edades cercanas a los 18, decidió que era hora de reflotarlas. Corría el año 2000 y, desde entonces, aun con los altibajos propiciados por las veleidades de la economía, la fiesta goza de muy buena salud.
Su actual presidente, Rubén Arbesú, está al frente de la nave casi desde el principio. Los tres primeros años estaba en la directiva y llegado el momento se puso al frente. Pero lo mejor que tiene esta comisión es que sus miembros son casi los mismos, por más que algunos hayan cambiado de cargo, y todos están muy bien avenidos. Y, además, cuentan con el inestimable trabajo de los vecinos. "Desde un principio tuvimos mucho apoyo de la gente, eso es muy importante", asegura Rubén Arbesú. Por ejemplo, después de las fiestas llega la hora de recogerlo todo, uno de los momentos más duros debido a la suma de la carga de trabajo y el cansancio acumulado, y todos los años hay numerosos voluntarios del pueblo que se prestan a trabajar en las labores de limpieza.
Desde un principio, la comisión se decidió a recuperar algunas de las actividades que había antes de la pausa de la última década del siglo veinte, y también apostó por propuestas propias con tirón. Entre las actividades históricas está el concurso de siega"Memorial Salvador Fuente González", recuperado poco después de retomar la organización, y para los nuevos tiempos contrataron buenas orquestas que les resultaron siempre bien.
"En los buenos años, antes de la crisis, llegamos a traer seis orquestas, dos por cada noche, y funcionaban muy bien; había muchísima gente".
Rubén Arbesú dice que se notó mucho la crisis, pero en los últimos años está repuntando, aunque muy poco a poco. El programa de hoy comienza con la comida tradicional, a las dos de la tarde, con cordero a la estaca, juegos infantiles, a las seis, y la primera gran verbena, con DJ Pika y "Versión Original".
Mañana al mediodía se celebran la misa y procesión, y a las dos, la comida de convivencia cuquiella; a las seis y cuarto, partido de solteros contra casados, y a las ocho, campeonato de parchís.
El programa se cierra el lunes con la misa en honor a los socios, a las siete; el concurso de siega, a las siete y media; el reparto del bollo y el vino, a las ocho, y la entrega de trofeos, a las nueve y cuarto. La última verbena, con "Waykas", se inicia a las 22.30 y acaba con chocolatada.
