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El juez de paz obtiene la medalla de bronce del mérito a la justicia

"Una de las cosas más bonitas es trabajar para tu pueblo", dice Juan Ramón García

Juan Ramón García Álvarez. I. GARCÍA

El juez de paz de Carreño, Juan Ramón García Álvarez, ha sido condecorado con la medalla de bronce del mérito a la justicia de la Orden de San Raimundo de Peñafort. Es el único asturiano que ha recibido este galardón, que entrega anualmente el Ministerio de Justicia. Por el momento, el condecorado no conoce la fecha de entrega del premio, pero sí tiene la carta que lo acredita. "Fue una gran sorpresa, y me hizo sentir un profundo agradecimiento hacia las personas que vieron en mí un posible merecedor de esta distinción", expresó García Álvarez, que dice desconocer quien o quienes le propusieron.

"¿Méritos? No debo ser yo quien haga elogios de mí mismo, los que haya solo pueden venir del ejercicio de mis funciones como juez de paz en Carreño", añadió. Juan Ramón García Álvarez se define como una persona "muy conocida" en Candás, y lo es. "Laboralmente he tenido trato con gente a diario, trabajé en la banca durante 34 años y los últimos 24 como director de sucursal, y eso me dio mucho acercamiento a los vecinos. Apoyé a mis vecinos siempre que pude. Además, en 1973 fui concejal y trabajé por el pueblo y, ahora, desde 2002, soy el juez de paz de Carreño".

"Cuando me nombraron me alegré mucho. Una de las cosas más bonitas para un hombre es ser alcalde de su pueblo, pero casi tanto lo es para mí ser el juez de paz del pueblo donde nací, en todo eso se asientan mis méritos", afirmó García, que considera que el galardón es un espaldarazo a todos los jueces de paz del país. "Con mi medalla premian mis méritos en favor de la justicia y la limpieza en mi expediente personal, pero mis méritos y mi expediente sin tacha no son distintos a los de cualquiera de los 68 jueces de paz asturianos ni de los 7.680 españoles", señaló el carreñense, que defiende la labor de sus homólogos como desinteresada, disciplinada, callada y eficaz. "Por suerte para mí, aunque me sonrojo al decirlo, me han elegido como prototipo, como un ejemplo de juez de paz de pueblo", valoró.

García Álvarez explicó que su cargo depende directamente del Consejo General del Poder Judicial y se dedica a ejercer de juez ante actos de conciliación, juicios civiles de escasa cuantía, audiencias reservadas, tomas de declaración, custodia y traslado de sobres en épocas electorales, entre otras labores. También es el encargado del registro civil y de instruir expedientes de matrimonio y realizar bodas. "Hasta la reforma del Código Penal de 2015, que despenalizó las faltas, hacía juicios de faltas también", explicó García Álvarez, quien abundó: "Un juez de paz no tiene porque tener conocimientos específicos de Derecho, aunque sí se le valora una trayectoria de hombre ecuánime y justo".

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